En medio de la fecha FIFA, que tiene a Chile sin entrenador titular antes del partido con Ecuador, el Ascenso inicia su penúltimo acto. Las semifinales buscan los protagonistas del cruce decisivo, que determinará el acompañante de Cobreloa en Primera División en la temporada 2024. Las parejas quedaron establecidas: Deportes Antofagasta vs Deportes Iquique y Deportes Temuco vs Santiago Wanderers.
En el norte, el cruce entre Pumas y Dragones muestra un dato que puede ser relevante. Iquique se impuso en los dos partidos de la temporada (3-0 en el Tierra de Campeones y 3-2 en Calama). En distintos momentos del campeonato, el cuadro de Miguel Ponce fue mejor que el de John Armijo y le anotó seis goles. Los iquiqueños, en su condición de escoltas de Cobreloa, no juegan desde el 15 de octubre. Antofagasta superó con muchas dificultades, recurriendo a la definición por penales, a San Luis de Quillota y obtuvo ritmo de competencia.
Los Pumas jugaron mal en la revancha ante los quillotanos. Emparejaron rápido el marcador, luego del gol de zurda del venezolano Luis Guerra, pero el fondo de juego está muy lejos del exhibido en buena parte de la campaña. De hecho, hace siete partidos que no ganan. Su última victoria fue el 10 de septiembre, cuando derrotaron 3-0 a Universidad de Concepción. Después vino la caída 1-0 en Santa Cruz y el equipo cayó en un pozo.
El desafío de los antofagastinos, que sumaron al ex puntero derecho Rodrigo Córdova al cuerpo técnico de Armijo (ascendieron con Melipilla), es recobrar la intensidad para atacar. Volver a ser ese cuadro agresivo, de trazos largos, que sacaba ventaja cuando recuperaba la pelota en cualquier zona. Alimentar a Rodrigo Contreras, máximo anotador del torneo con 17 goles, y Guerra es una máxima para esta oncena que en la ida será local en el Calvo y Bascuñán. La ausencia de Sebastián Ubilla es trascendente. Supo complementarse con el “Tucu” Contreras y dio madurez a un ataque que dispone del venezolano Brayan Hurtado en la franja izquierda.
Deportes Iquique fue el mejor visitante del certamen. Sumó 27 puntos, con siete partidos ganados. Esa fortaleza con seguridad sostiene las opciones del conjunto de Miguel Ponce. Sus delanteros son vivos y ofrecen un abanico de posibilidades. Álvaro Ramos es un atacante central de remate fácil, que se acomoda a jugar con un segundo 9, como el gigantón Stefan Pino. Mathias Pinto y su velocidad también hacen daño. La conducción y pegada de Ramón Fernández se impuso en el tramo definitivo.
Un problema para los Dragones es que en la revancha deberán jugar sin público, por los incidentes ocurridos en el pleito ante Wanderers. Si se observa con frialdad, quizás no es una dificultad mayor. Iquique fue el octavo local, con 25 puntos. Siempre tuvo la cancha llena y en ocasiones pareció que sintió la presión de una hinchada que no dejó de alentar.
Deportes Temuco y Santiago Wanderers: duelo de entrenadores uruguayos
En la otra llave, Temuco espera a Wanderers en la ida. Un duelo de entrenadores uruguayos. Román Cuello consiguió que en el Germán Becker los del Ñielol se hicieran fuertes. Ocuparon el segundo lugar en la tabla de locales, con 32 puntos. Alcanzaron esta semifinal después de eliminar por penales a Deportes La Serena, con el portero Yerko Urra como figura. La fortaleza de los Albiverdes radica en las opciones ofensivas que ofrece de tres cuartos de cancha en adelante, más allá de la cantidad de goles que convirtieron (39). El oficio de Luis Acevedo, el atrevimiento de Fabián Núñez, el empuje de Alejandro Márquez y el manejo de zurda de Mauro González son clave.
La clasificación ante La Serena ocurrió después de un partido de ida muy pobre. Cayeron 1-0 y gran parte del cotejo el rival jugó con 10 y 9 futbolistas. Nunca equilibró el trámite, pero salió con vida. Incluso tuvo un penal a favor, pero esa tarde en La Portada fue una jornada donde todo salió mal. El mérito de Cuello fue que el equipo dio vuelta la página de forma inmediata.
Wanderers completa este cuarteto. Gran cierre de la escuadra adiestrada por el oriental Francisco Palladino, que hasta el minuto final peleó su opción en la trigésima fecha. La victoria en Arica, sobre San Marcos, otorgó ese empujón anímico a un equipo que tuvo una excelente segunda rueda. De los últimos seis partidos de la competencia sumó 13 puntos y en la jornada definitiva, sólo se inclinó en los descuentos con Iquique, cuando miraba de reojo lo que sucedía en Talca con Cobreloa.
En la liguilla tuvo un mal inicio frente a San Felipe, con una derrota impensada en el primer cotejo. En Quillota, donde hizo de local, superó 2-0 a los aconcagüinos y llegó a esta semifinal. Discutido en un comienzo, en el tramo definitivo el argentino Marcelo Cañete se convirtió en un factor determinante. Palladino, como buen técnico uruguayo, armó una estructura defensiva sólida. Recibió apenas 28 goles en 30 partidos. Un aspecto que siempre tiene que considerarse a la hora de la evaluación. Es imposible conseguir objetivos en el fútbol sin seguridad defensiva. Claudio Meneses y el oriental Andrés Barboza formaron una dupla eficiente, con el trabajo solidario del también uruguayo Joaquín Pereyra y Jorge Gatica.
Se auguran cruces cerrados, parejos, con la pasión de un año extraordinario para la categoría, donde primó la emoción, que es muy distinto a la jerarquía. A no confundirse.