Manuel Pellegrini: un baño de cariño, aplausos y respeto en una ciudad que lo ama

Manuel Pellegrini volvió este fin de semana a la ciudad, donde señaló que vivió los que, seguramente, han sido los mejores años de su carrera. No fue de paseo, sino que lo hizo en el marco del trofeo Costa del Sol, donde con su Betis se midió al Málaga CF, aquel club al que transformó en la vedette del fútbol europeo, al llegar a cuartos de final de Champions League en la temporada 2012-2013.

Aunque en la cancha el Ingeniero lo pasó mal, pues sufrió una inesperada derrota 1-3 ante el elenco Boquerón, que hoy milita en la Segunda División, lo que se vivió en La Rosaleda fue un verdadero baño de masas para el DT, que solo ratifica el profundo respeto que irradia en España en general, pero muy específicamente en Andalucía.

En Cancha estuvo presente en el estadio y constató en terreno por qué Manuel Pellegrini es tan querido en Málaga, una de las ciudades más apasionadas por el fútbol en todo el país.

Se esperaba que dada la historia de Pellegrini con el Málaga, el club local le rindiera algún tipo de homenaje durante la jornada que terminó contando con 27.200 personas en las tribunas.

El anfitrión no informó razones, pero sí dedicó un par de posteos al Ingeniero, además de entrevistarlo a través de su canal oficial. En esa ocasión, la única en que habló el estratega, profundizó sobre su enorme cariño a la ciudad y al equipo.

“Nunca me he ido 100% de Málaga. Tengo mi casa aquí, vengo muchísimas veces, cercano aquí a Marbella. Así que fueron, como digo, quizás de los mejores años de mi carrera deportiva”, enfatizó el DT del Betis.

José Antonio Martín tiene 58 años y es abonado del Málaga, precisamente desde la inolvidable campaña de 2012-2013. Cuenta que lo sorprendió que el club “no se diera el tiempo de hacerle un homenaje al que, tal vez, es nuestro técnico más importante”.

Sin embargo, asegura que Pellegrini no necesita de homenajes oficiales para recibir el cariño de la ciudad. “A Pellegrini nadie lo olvida en Málaga, ustedes saben que acá hasta tiene una rotonda con su nombre, él tiene una casa muy cerca, en Marbella. Siempre ha dicho que esta ciudad le tira mucho, y nosotros, como afición, lo adoramos. Nunca podremos olvidar todo lo que nos dio”.

Precisamente durante la conversación previa al compromiso al borde del campo de juego fue cuando se escucharon los primeros vítores de los malagueños a Pellegrini. “Grande Pellegrini, grande”, le gritaban algunos fanáticos que se acercaban lo más posible a la zona límite con el césped para saludar al querido DT.

Sin embargo, la primera gran ovación fue varios minutos después. Cuando el partido ya había iniciado hacía más de cinco minutos, el mítico cántico que se le ha dedicado al nacional, se hizo presente con fuerza: “Manuel, Manuel, Manuel Pellegrini”, se empezó a escuchar con fuerza, desde el sector destinado a los hinchas del Betis.

Más de dos mil aficionados verdiblancos dejaban claro que ahora, el Ingeniero era uno de los suyos, silenciando por unos minutos a la ruidosa hinchada malagueña. Vale decir que ambas fanaticadas le dieron al duelo un carácter de oficial por la clara rivalidad andaluza.

El partido estaba tan caliente que no hubo tiempo para una ovación mayor durante el primer tiempo. Sin embargo, fue al inicio del complemento cuando La Rosaleda entera se vino abajo. Esta vez sí, todo el estadio le cantó al chileno, que ahora salió del banco, y saludó cordialmente, agradeciendo el gesto.

Terminado el partido, no hubo chance de hablar con Manuel Pellegrini. Al no ser un duelo oficial, el DT no tenía obligación de ir a rueda de prensa. Y en zona mixta, tampoco se detuvo ante los micrófonos.

Si lo hizo cuando periodistas, funcionarios y uno que otro juvenil del Málaga se le acercaron a pedirle una foto, una firma de camiseta o solo un saludo.

Ya pronto a subirse al bus que trasladaría al equipo a Sevilla, Pellegrini y el lesionado Isco, fueron los más requeridos por la multitud que los esperaba. Otra vez, Pellegrini se dio todo el tiempo del mundo para saludar, agradecer el cariño y recibir un baño de masas que bien le hace previo a lo que se prevé como su temporada más exigente al frente del Betis.