Nadie tiene una bolita de cristal, eso está claro, por lo que no se puede juzgar la decisión que tomó Bastián Yáñez en enero de este 2025: dejar la Unión Española para irse al siempre competitivo fútbol argentino.
¿El equipo? Godoy Cruz de Mendoza, que si bien no aparece con frecuencia en las primeras planas deportivas al otro lado de la Cordillera, garantiza un roce superior al que se vive en nuestro balompié.
Ahora, a solo una fecha de que termine la fase regular del fútbol trasandino, se pueden sacar ciertas conclusiones: la apuesta del delantero chilena fue fallida.
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Centrémonos en lo individual. En lo que va de año, el nacido en Renca ha disputado 26 compromisos entre Campeonato Nacional, Copa Argentina y Copa Sudamericana, aportando apenas 2 asistencias y 0 goles. Para colmo, su consideración viene en declive, ya que en los últimos 3 compromisos no sumó minutos.
Y en lo grupal, ni hablar. El Tomba, como le dicen a la escuadra del chileno, está a tan solo una derrota de coronarse como el peor equipo del fútbol del vecino país, ya que es último del Grupo B con apenas 11 unidades, mientras que el colista del Grupo A, Independiente Rivadavia -que dicho sea de paso salvó el año ganando la Copa Argentina-, tiene 12 puntos.
Una variable que, a todas luces, Unión Española extraña, sobre todo en un año complicado, donde el ahora exequipo de Miguel Ramírez -se fue tras perder con Colo Colo- es uno de los candidatos fijos a descender a Primera B: hoy es penúltima con 21 unidades.
