
Por Patricio Erlandsen (@Pato_Erlandsen)
Desde el primer partido de Santiago Wanderers en la era Córdova, he sido mucho más crítico que otra cosa.
Hubo varias cosas, desde que llegó el entrenador, que no me parecieron acertadas: declaraciones, armado de plantel, mala visión de algunos partidos, cambios inexplicables y la persistencia en determinados aspectos que solo el encontraba positivos.
Ejemplos, titularidad de jugadores como Cerezo, Medel y Pinilla. Y lo cierto es que, salvo avanzar en Copa Chile, los resultados avalaban mis comentarios, que me significaron muchas críticas a mi y a los que pensábamos igual.
Wanderers iba directo al despeñadero y nadie parecía estar muy preocupado.
Pero si hay algo que no se puede negar es que Córdova es trabajador y muy inteligente. Quizás en el peor momento de su paso por Wanderers, logró hacer reaccionar al equipo.
En el Clásico con Everton hizo entender a sus jugadores que no bastaba con jugar bien y que algo más había que poner.
Fue claro que independiente del trabajo futbolístico, también se hizo hincapié en lo mental.
Bastó ver el partido de Cesar Cortes. Jugador absolutamente subvalorado y al que muchas veces se lo trató de frío. Pero ante el tradicional rival metió como uno más de la casa
. Además de ser la cabeza pensante del equipo, se erigió en el ejemplo que había que imitar. Y si bien no se ganó, el wanderino entendió que volvió la esencia. Luego vino la clasificación a la final de Copa Chile, tapando bocas y “a lo Wanderers”. Con jugadores de la casa y otros de afuera que recuperaron la mística. No me cabe duda que
Córdova escuchó las críticas, las analizó y valoró lo que el entorno le pedía
...una dosis de wanderinidad a su idea. Ante O’Higgins se vio, tal vez, la mejor expresión de este torneo. Fútbol rápido para llegar al arco rival, artilleros prendidos y un equipo que no dio pelota por perdida. Así volvió la mística extraviada. Y aunque aún estamos con esa sensación de todavía no poder disfrutar el paso a la final de Copa Chile y la clasificación a la Libertadores por la extremadamente preocupante situación que vivimos en la tabla de los promedios,
hoy se ve el futuro con mejor cara.
Córdova y sus jugadores entendieron dónde están y con esa wanderinidad impuesta a una atractiva propuesta futbolística,
estoy seguro de que no sólo nos salvaremos, sino que además, tranquilamente podemos ganar la Copa.