
[ Por Patricio Erlandsen (@Pato_Erlandsen)abre en nueva pestaña ]
El empate cosechado ayer por
Santiago Wanderers
en Antofagasta, en otras condiciones, hubiera sido catalogado como un gran resultado. Jugando de visita, ante uno de los equipos más atractivos del
Transición
, el equipo se trajo un punto rescatado como le gusta a la gente del Puerto… “a lo Wanderers”. Nos pusimos en ventaja, merecidamente, pero
tras el gol de Gutiérrez, el equipo cayó y mostró su peor faceta de los últimos partidos,
pese a que pudo, incluso ponerse 2-0, lo que fue impedido por una gran reacción de Garcés. Pero vinieron dos desaplicaciones y nos fuimos al descanso abajo en el marcador. El peor resultado posible, algo que se reflejó en los últimos minutos del lapso inicial. El equipo no se encontró más, fue errático y no llegó más. En el complemento, las cosas mejoraron. De entrada, lo tuvo Pineda, luego nuevamente Gutiérrez se lo perdió en inmejorable posición. Éramos mas que el local en cuanto a volumen de juego, pero la pelota no quería entrada. El local apostaba a la contra y quedábamos expuestos a que ante el primer error, se acababa el partido.
Pero apareció, otra vez, Jean Paul Pineda para darnos oxígeno y empatar el partido.
Un punto, que algo de esperanza nos da, pero lo cierto es que
la situación se volvió en extrema complicada
. En los números, la fría realidad indica que
solo nos sirven los seis puntos restantes y esperar que Palestino no gane el lunes a Universidad Católica
. Ya no depende de nosotros. Y es ahora cuando vuelven los fantasmas de los tantos partidos que el equipo dejó escapar, que no debió perder y que si hubiese afinado la puntada final, le hubieran permitido estar hoy en una posición mucho más cómoda. Pero ya de nada sirve lamentarse.
En lo futbolístico, es evidente que Wanderers ha crecido y eso llama a la esperanza.
Hoy no suena descabellado pensar en ganar los dos partidos restantes, pero sí será complejo. Y por eso es que este lunes, necesitamos que todos los estamentos del club estén más unidos que nunca. La ilógica programación de la ANFP nos mandó a jugar en día y horarios que en nada ayudan. Por lo mismo,
es necesario que haya entradas populares para este cotejo. El Elías Figueroa Brander debe ser una caldera y debe haber un gesto por parte de la directiva.
Y la gente debe responder. Sea como sea, el estadio debe estar lleno.
Si fuimos diez mil en Concepción, el lunes no podemos ser menos de 18 mil.
Es el impulso que necesita el equipo para imponerse a un rival bravo, que no nos pondrá nada fácil la tarea. Será nuestra última chance de seguir con vida hasta el duelo con Palestino. Si no ganamos, habrá que preocuparse de San Marcos o La Calera. Pero,
con honor y con valor, sé que sacaremos la tarea adelante.