Decir que estoy emocionada es poco. La U jugaba ante O’Higgins un partido importantísimo, pero ese domingo no solo era día de fútbol si no que además se celebraba el día de la mamá. Después de una larga conversación, logré convencer a la mía para que me acompañara al estadio porque no me quería perder el partido, ¡y cómo se lo agradecí!. Llegamos a El Teniente tres horas antes del encuentro sabiendo que cualquier cosa podía pasar.
Si bien el quedar punteros era un lindo deseo, había que ser objetivos y mesurados,
nunca hay que celebrar antes de tiempo y siempre hay que ir paso a paso. El triunfo ante los Celestes fue realmente emocionante, y eso va directamente de la mano con el rendimiento del equipo. Con los antecedentes de este plantel el título se veía lejano, y es que después de las últimas temporadas para el olvido y el inicio de este mismo torneo,
jamás se nos hubiese pasado por la cabeza que la U llegaría a depender de si misma para levantar una nueva copa.
Pero hoy, ese es el escenario. Ángel Guillermo Hoyos llegó cuestionado por varios, muchos jugadores no lograban convencer y la mala racha se había apoderado un poco del equipo azul.
Pero lentamente el técnico empezó a dejar su impronta. La U recuperó su identidad de juego y comenzamos a ver no solo jugadores en cancha si no que partido a partido vimos un plantel unido
, que dejó de lado las individualidades y se enfocaron en un objetivo común muy claro. Todo eso es lo que tiene a la U hoy puntero del Campeonato. Ante O’Higgins, los azules nuevamente tuvieron altos y bajos, pero supieron manejar el partido para quedarse con los tres puntos. Prueba de eso fue el primer gol en Rancagua donde finalmente Gustavo Lorenzetti empujó la pelota para poner el 1-0 del Romántico Viajero. Luego vino el extraordinario golazo de Fabián Monzón quien está recién volviendo a las canchas. Y ya para terminar, tenía que aparecer el goleador del torneo, Felipe Mora para ampliar la ventaja. Así,
cuando todos los hinchas azules celebraban el 3-0 en Rancagua, se desató la euforia porque paralelamente nos enterábamos de lo que pasaba en Macul. ¡Una locura!
El Romántico Viajero se va acercando al objetivo final, el domingo en Rancagua lo demostró, pero aún queda una fecha del torneo y que será la más difícil. Ante San Luis de Quillota, la U intentará obtener un último triunfo y con ello levantar la estrella número 18. Queda una semana, con full preparación y no podemos negar que la ilusión está cada vez más fuerte. Pero como dije antes,
hay que ir paso a paso, a mentalizarse en el último desafío y lo más importante ¡el sábado hay que llenar el Nacional!