
A menos de una semana de la muerte del ciudadano afroamericano, George Floyd, a manos de la policía de Minneapolis (Minnesota, EE.UU.), el oficial Derek Chauvin, que lo arrestó y le presionó el cuello con su rodilla, se encuentra bajo prisión preventiva.
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Pero a los cargos de asesinato y homicidio involuntario en tercer grado por los que fue acusado, ahora se suma otro problema para él, luego de que la que fuera su esposa por 10 años presentara los papeles para iniciar el proceso de divorcio.
Según consignó la revista estadounidense People, tras enterarse de los hechos, Kellie Chauvin, repudió el accionar de su marido y decidió separarse legalmente con efecto inmediato, por lo que también dejó el hogar que compartían y se mudó con sus padres.
"Esta noche, hablé con Kellie Chauvin y su familia. Ella está devastada por la muerte del Sr. Floyd y envía sus más sinceras condolencias a su familia", dice la declaración emitida por la firma legal Sekula Law Offices.
“Si bien la Sra. Chauvin no tiene hijos de su matrimonio actual, respetuosamente solicita que sus hijos, sus abuelos y su familia extendida tengan seguridad y privacidad durante este momento difícil”, concluyeron desde el estudio de abogados.







