
El Gobierno de Holanda se encuentra en el centro de la polémica. Esto porque el organismo comandado por el primer ministro, Mark Rutte, presentó su renuncia luego de verse envuelto en un escándalo con las ayudas y subsidios sociales que se entregaron a la ciudadanía.
Esto porque el Gobierno ayudó a cerca de 10.000 familias, muchas de ellas extranjeras, con subsidios, las cuales fueron obligadas a devolver todo el dinero, provocando desempleo, bancarrotas, e incluso divorcios.
A todas estas les correspondían los aportes por tener hijos, generando aún más confusión con la situación. Se les acusó de fraude al fisco, junto con pedir la justificación del gasto con boletas y recibos. Acá es donde se genera la polémica, porque esas acusaciones serían sin fundamento.
Luego con el pasar de los días, se dieron cuenta que muchas de las familias con las que se tomó esta medida eran de origen extranjero, aludiendo a discriminación.
"Todas las familias tienen orígenes migratorios. Esto es un problema moral por muchas cuestiones. Si alguien del Estado te manda una carta diciendo que no tienes derecho a una cosa, te tienen que explicar por qué, y si tu puedes demostrar que sí tienes derecho, no te puede quitar esa ayuda. Pero ellos decidieron bloquear todas las subvenciones, dejando tiradas a las familias, incluso durante la apelación", explicó a la agencia de noticias EFE, la abogada Eva González Pérez.