El pasado 21 de octubre la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) señaló en un comunicado que en la capital de Haití, Puerto Príncipe, en los últimos ocho meses ha presentado un incremento de secuestros por parte de diversas bandas criminales que luego piden una suma considerable de dinero por su rescate, por lo que más de 15.000 mujeres, niños y niñas han huido del país para cuidar su vida.
Luego del atentado que terminó con la vida del Presidente de Haití, Jovenel Moise en julio del 2020 y un terremoto en agosto del presente año, la pobreza del país ha ido en aumento y no ha tenido reparo, por lo que la violencia se ha tomado las calles del país a manos de bandas que no temen por secuestrar y violentar a gente en plena luz del día.
Secuestros a cambio de dinero
De acuerdo a lo señalado por la UNICEF, 71 mujeres y 30 niños y niñas fueron secuestrados en los primeros ocho meses del 2021, frente a 59 mujeres y 37 niños y niñas en 2020, lo que representa a solo un tercio de los 455 secuestros registrados este año.
Jean Gough, Directora Regional de la UNICEF para América Latina y el Caribe, enfatizó que "ya ningún lugar es seguro para los niños y niñas de Haití. Ya sea de camino a la escuela, en casa o incluso en la iglesia, las niñas y niño corren el riesgo de ser secuestrados en cualquier lugar, a cualquier hora día o de la noche".
Asimismo, señaló que "las bandas criminales utilizan a los niños como moneda de cambio" para pedir dinero a los padres por sus hijos, hecho que clasificó como aborrecible. "En medio de la pobreza generalizada y la criminalidad rampante, los secuestros de los niños y niñas se han convertido en un negocio lucrativo. Esto es aborrecible".
En tanto, esto se une al último secuestro dado a conocer a nivel mundial hace unas semanas atrás, donde un grupo de 17 misioneros estadounidenses en su mayoría, fueron secuestrados por una banda que pedía cerca de 1 millón de dólares por cada uno para su rescate. Sin embargo, el ministro del interior, señaló que esperaban no llegar a cabo con el dinero, dado que podría ser utilizado para comprar armas.
Huir del país para salvarse
Según lo consignado por la UNICEF, este aumento de violencia ha provocado que más de 15.000 mujeres, niños y niñas se vean obligados a huir de sus casas y salir del país para sentirse a salvo. Estos actos violentos a la larga generan traumas difíciles de superar, ya que son testigos o experimentan humillaciones, amenazas e incluso violencia física.
En tanto, esta organización se ha unido con la Agencia Nacional de Protección de la Infancia (IBESR) junto a la Brigada de Protección de Menores (BPM), con la intención de dar asistencia a los menores que han sido secuestrados.