La compañía estadounidense Merck & Co, y los organismos encargados de revisar sus productos sabían acerca de la depresión y tendencias suicidas que causaba el tratamiento contra la calvicie: Propecia. Sin embargo, los reguladores decidieron no advertir sobre esos efectos secundarios.
Información confidencial de Merck fue hecha pública a finales de enero de este año, cuando un magistrado federal de Nueva York otorgó acceso a Reuters a 11 documentos. en los cuales estaban registrados litigios contra el medicamento por causar disfunción eréctil.
Desde 2011, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos, ha recibido más de 700 reportes de intentos de suicidios y depresión severa entre las personas que habían usado el producto capilar, 100 personas murieron.
Los reguladores canadienses y europeos obligaron a que todo producto que contenga finasteride (fármaco antiandrogénico derivado no hormonal de los esteroides, que se usa para prevenir la caída del cabello) debe advertir que los pensamientos suicidas pueden ser un efecto secundario de los mismos.