La noche del miércoles 27 de julio, a eso de las 23:28 horas, un meteorito brillante irrumpió en el cielo de Costa Rica. El espectáculo de la naturaleza se presentó como una fuerte explosión que centelleó en la oscuridad, alertando a la comunidad que rápidamente captó el fenómeno astronómico.
El meteoro apareció en el firmamento con asombrosos destellos azules y anaranjados, como una bomba de luz que se dirigía a toda velocidad hacia La Tierra. Sin embargo, el asteroide demoró pocos segundos en desaparecer.
Se identificó que el meteorito atravesó el cielo de norte a noreste. Y según expertos, la roca traspasó la atmósfera prácticamente en línea recta, dada su rápida desintegración. Un satélite registró que el desarme del meteorito se habría producido a unas 25 millas al norte del sector de Quebradillas, Costa Rica.
El acontecimiento fue registrado por los atónitos espectadores que masificaron el hecho a través de distintas redes sociales.
Según declaró la Sociedad de Astronomía del Caribe, el meteorito habría tenido al menos cinco metros de diámetro. Su gran tamaño sería el responsable del gran fulgor observado por los residentes de la localidad isleña.