A once años de la vigencia de la Ley que permitió tipificar el femicidio como un delito en Chile, siguen cometiéndose agresiones brutales contra las mujeres a manos de quienes son o fueron sus parejas.
Y es que desde el 18 de diciembre de 2010, cuando se promulgó la normativa que modifica el Código Penal, el cual redefine los delitos que hasta entonces eran clasificados como parricidios u homicidios, se han seguido produciendo este tipo de crímenes.
La estadística que maneja el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (Sernameg), llega las 500 víctimas fatales y que habría sido alcanzada el pasado 25 de diciembre cuando se encontró el cuerpo de Elisoida Nova junto al de dos amigos de la víctima, en una vivienda de la comuna de Renca.
Tras entregarse voluntariamente a Carabineros, el agresor y expareja de la mujer fue formalizado por femicidio y doble homicidio consumado.
Negra estadística de femicidios
Este magro conteo se ha traducido en que durante los 11 años de regencia de la ley, el promedio de mujeres asesinadas ha sido de 45 por año, pero tuvo un peak en 2010, año en el que éstas llegaron a ser 49.
De los 500 femicidios, un tercio de ellos tenía antecedentes de agresiones contra las víctimas, ya sea por denuncias de violencia sicológica, intrafamiliar o medidas cautelares como prohibiciones de acercamiento o rondas periódicas de Carabineros para asegurar que las mujeres que denunciaron estas situaciones no sufrieran represalias.
Otro número que también es relevante es que de la totalidad de los crímenes, 137 agresores se suicidaron tras cometerlos.
La ley 21.212 establece que si la víctima de una agresión u homicidio es o ha sido cónyuge o conviviente, éste se calificará como femicidio. Antes de eso, estas agresiones eran tipificadas como parricidios u homicidios.