
En el año 2023, en medio de la anticipación de las Fiestas Patrias, la Brigada Investigadora de Delitos Económicos Metropolitana ha escudriñado en las estrategias de estas artimañas, desentrañando las estafas telefónicas que afectan a las personas más desprevenidas y entregando consejos cruciales para sortear las redes del engaño.
Tres relatos acechan en el espacio oscuro de las llamadas telefónicas, cada uno diseñado con el propósito de presionar y extorsionar a sus víctimas, para extraer de ellas el tan ansiado botín.
Los tres cuentos del tío más comunes
1. El engaño de la grúa: trampas en las calles digitales

En el primero de los cuentos del tío, el teléfono se convierte en el vehículo de una narrativa tan manipuladora como ingeniosa.
Al responder, del otro lado de la línea, una voz urgente cuenta un accidente de tránsito, un vehículo chocado o en panne que clama por una grúa para el rescate.
Pero no es la grúa lo que buscan, sino la transferencia de dinero a un tercero, camuflada como pago por el supuesto servicio.
Los estafadores, hábiles cuentistas, recurren a la presión emocional, apelando a la cercanía de amigos o familiares que supuestamente están sufriendo en el escenario ficticio.
La víctima, embaucada por la urgencia y la desesperación, se convierte en una marioneta de los hilos invisibles de la estafa y realiza la transferencia.
Consejo: Pide hablar con la supuesta persona en problemas. No transfieras hasta que hables con ella y, a través de una pregunta “no googleable”, puedas verificar su identidad. Si no es posible corta la llamada.
2. La trama legal del engaño: un laberinto de dinero y desesperación

El segundo cuento, tejido con las hebras del miedo y la incertidumbre, se sumerge en el escenario de un accidente de tránsito nuevamente. Sin embargo, esta vez la trama adquiere tintes legales y emocionales más oscuros.
El familiar o amigo supuestamente afectado en el accidente necesita dinero desesperadamente para evitar problemas legales o para pagar el daño a terceros involucrados.
Las palabras del estafador, generan estrés y ansiedad en la víctima, atrapándola en un dilema emocional.
Consejo: Corta el teléfono y llama inmediatamente a la persona que te dicen que está involucrada en el evento. Verifica su estado. Si te responde nuevamente un desconocido, es posible que le hayan robado el teléfono a la supuesta víctima. Si no te puedes comunicar con la persona en cuestión, piensa dónde debería estar y comunícate con cercanos y amigos para verificar la información, antes de hacer cualquier transferencia.
3. El ejecutivo bancario ficticio: secretos en la palma de la mano

En el último capítulo de esta trilogía de decepción, el estafador se disfraza de ejecutivo bancario, un profesional de la confianza y la seguridad financiera.
El supuesto ejecutivo notifica a la víctima sobre problemas bancarios o relacionados con sus productos financieros. El anzuelo está listo: para resolver estos problemas, se solicita información sensible, como claves secretas o pines de acceso a aplicaciones bancarias.
El lenguaje, cada vez más especializado, se convierte en el cebo que atrapa a los desprevenidos.
En el abismo de la desinformación y la confusión, la víctima revela sus secretos más preciados, entregando sin saberlo la llave de sus recursos.
Consejo: Jamás, nunca un ejecutivo bancario te va a pedir la pass, el pin ni el número de verificación de tu tarjeta. Esos números son SAGRADOS. No se dan, como no le darías el nombre y la ubicación de tus hijos a un desconocido. No lo hagas.
La lucha contra la estafa

En el turbulento paisaje de las estafas telefónicas, la luz de la conciencia y la educación es la mejor arma.
La Brigada Investigadora de Delitos Económicos Metropolitana ha lanzado un llamado a la vigilancia y al sentido común.
Con sus experiencias de análisis, han identificado los patrones que se esconden en estos cuentos del tío modernos y han proporcionado pautas para evitar caer en sus trampas retorcidas.
En un mundo donde las voces pueden ser engañosas y las promesas, efímeras, la narrativa de la estafa es algo que todos deben dominar para salvaguardar sus vidas y sus bienes.
El inspector Samuel Inzunza de la Brigada de delitos económicos (Bridec) Metropolitana entregó las siguientes recomendaciones para evitar caer en este tipo de delitos:
“Nosotros lo que le recomendamos a la ciudadanía es poner atención al mensaje que se les está transmitiendo. También poner atención al número telefónico desde el cual lo están contactando.” dijo el inspector.
Desde la PDI detectaron que el número del cual contactan a las víctimas suelen ser números particulares o no tienen que ver en realidad con algún número relacionado con entidades bancarias o similares.
“En ese mismo sentido lo que nosotros les recomendamos a la ciudadanía es que pongan también atención a lo que les está pidiendo esta supuesta persona, este supuesto ejecutivo o diversa persona con X cargo que tiene que ver muchas veces con la solicitud de entrega de información sensible”. Tanto la PDI como los bancos generalmente recomiendan a las personas poner atención a este mensaje porque ellos nunca le van a solicitar esta información sensible”. Concluyó Inzunza.
Seguramente te preguntarás ¿Y cómo diablos voy a reconocer el número, si no lo tengo guardado?
Pues bien, existen en las appstores una amplia diversidad de “identificadores de llamada”, como puede ser Truecaller, CallApp, Hiya o Cierto Identificador. Busca el que más te acomoda e instálalo en tu movil. Generalmente funcionan con bases de datos que alimenta la misma comunidad que usa la app. Los llamados sospechosos o de cobranza, suelen aparecer en rojo, como señal de alerta.
Sin embargo eso no es suficiente, así que tienes que prestar mucha atención cuando recibas algún tipo de llamado como este.
Sólo en lo que va del 2023, segín la PDI, van más de 9000 denuncias por este tipo de delitos. Y, en Chile siendo Chile, sabemos que no todas las víctimas denuncian los casos, muchos por temor a hacer el ridículo o porque las molestias y el gasto de tiempo supera el perjuicio provocado por los ladrones, así que no cabe duda de que los casos deben ser muchos más.