
Esta semana un grupo de estudiantes de la Universidad de Chile increpó duramente al ex presidente de Amarillos y ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco, tras realizar una charla al interior de la Facultad de Derecho.
“Aquí no tiene que haber cabida para discursos de odio como el que usted implantó en esta época”, le gritaron los alumnos, acusándolo de ser “cómplice” de las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el estallido social de 2019.
En el frontis de la sede y mientras era expulsado, Micco contestó: “¡No pueden censurar a nadie! ¡Esta es la Casa de Bello! El día que yo acepte de que me voy de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile (…) la que se jode es la Universidad de Chile”.
El presidente Gabriel Boric condenó el hecho asegurando que “nada justifica agredir a quien piensa distinto y es inaceptable pretender echar a una persona de una universidad porque no se comparten sus ideas. Hay que terminar con la lógica de las funas en nuestra convivencia”.

La respuesta de la Universidad de Chile
Sin embargo, pese a que la funa recibió una condena transversal, desde la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile sostuvieron que el ex director del INDH “no fue censurado ni se le impidió el ingreso”.
A través de un comunicado firmado por el decano Pablo Ruiz-Tagle Vial, detallaron que “fue invitado a participar como expositor en el Congreso de Ciencias del Derecho y Filosofía Jurídica-Política, organizado por estudiantes de la Facultad de Derecho”.
“Dicho lo anterior, es importante aclarar que el profesor Micco no fue censurado ni se le impidió el ingreso a la Facultad de Derecho. Pudo realizar su conferencia y exponer sus ideas en el referido Congreso”, añadieron.
Por lo que enfatizaron que “la Facultad de Derecho de la U. Chile fomenta la reflexión académica y el espíritu crítico de todas las ideas, y ayer no fue la excepción”.
“En nuestra comunidad se respeta el disenso y el diálogo racional, por lo que ningún integrante o grupo puede arrogarse la atribución de censurar el debate universitario ni determinar quiénes pueden visitar nuestras aulas”. concluyeron.