El 1 de agosto se le dijo adiós a uno de los métodos tradicionales que existía para realizar transacciones bancarias: la tarjeta de coordenadas, un plástico que contenía una combinación de números y letras que permitían verificar la identidad de quien realizaba la operación.
Su eliminación se da luego de que se aprobara la Norma de Carácter General N°538 dictada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), que establece nuevas exigencias de seguridad y autentificación para realizar pagos electrónicos.
Sin embargo, con los nuevos requerimientos de protección que solicita la normativa legal como cifrado de datos, y medidas específicas de bloqueo, restablecimiento y caducidad de claves, los expertos temen que se pueda generar una brecha digital que complique la realización de los trámites más básicos para las personas de la tercera edad.

Recomendaciones del Sernac tras fin de la tarjeta de coordenadas
En ese sentido, y ante la implementación de nuevas medidas de seguridad para reemplazar la tarjeta de coordenadas, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) entregó cuatro útiles consejos que pueden ser de utilidad para adaptarse al cambio:
- Infórmese con su banco o emisor de tarjetas sobre los nuevos métodos de autenticación disponibles y solicite ayuda si tiene dudas.
- Active sistemas de seguridad complementarios, como verificación biométrica o token físico/digital si su banco los ofrece.
- No comparta sus claves, códigos ni datos personales, incluso si se los solicita alguien que se identifique como parte del banco.
- Exija canales de atención inclusivos si tiene dificultades tecnológicas. Tiene derecho a ser atendido y guiado sin discriminación.
Beneficios y riesgos tras el fin de las tarjetas de coordenadas
Junto a la implementación de esta norma, también se incluyen una serie de beneficios a los que podrán acceder todos los consumidores, entre los que se encuentran:
- Mayor seguridad: se eliminan métodos obsoletos y se promueve el uso de autenticación reforzada, dificultando la suplantación de identidad.
- Modernización del sistema: estos nuevos sistemas permiten operaciones más rápidas y seguras acordes a estándares internacionales, como en Europa.
- Mayor trazabilidad: cada transacción debe estar ligada a su propio código de autenticación, lo que reduce el riesgo de reutilización de claves.
Entre los riesgos que se advierten, la entidad indicó que destacan los siguientes:
- Brecha digital: las personas mayores o sin acceso a smartphones pueden quedar excluidas si no se les ofrecen otras alternativas de verificación.
- Dependencia al celular: Si todos los factores de autenticación están en el mismo dispositivo, se podría vulnerar el principio de independencia de múltiples factores de autenticación.
- Falta de información clara: algunas personas no saben migrar a nuevas opciones o no comprenden cómo hacerlo.
- Posibles fallas técnicas: en zonas con mala conectividad o ante problemas de las aplicaciones bancarias, los consumidores pueden quedarse sin posibilidad de operar.