
El 2 de julio de 2012, Universidad de Chile se consagró tricampeón del fútbol chileno. Los azules derrotaron en la tanda de penales a O'Higgins en el Estadio Nacional y consiguieron el Torneo de Apertura, logrando su décima sexta corona.
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Albert Acevedo participó de ese período glorioso para el equipo laico, donde además de los tres Campeonatos Nacionales obtenidos de forma consecutiva, alzaron la Copa Sudamericana 2011 y la Copa Chile 2012/2013. Ocho años después del tricampeonato, el defensa de O'Higgins conversó en exclusiva con En Cancha y rememoró aquel Torneo de Apertura: "Son buenos recuerdos", inició el defensa de 37 años.
Sin embargo, para Acevedo fue un partido de sentimientos encontrados. Previo a su llegada a Universidad de Chile, el zaguero central estuvo dos años en el Capo de Provincia (2009 y 2010), por ende, esa final “fue especial en todo sentido, un vaivén de emociones”. Luego de exitoso paso por la U, Acevedo retornó a Rancagua en 2014 y se convirtió en un referente. Actualmente es el capitán del equipo dirigido por Patricio Graff.
Hoy se cumplen ocho años del tricampeonato… ¿Cuáles son tus recuerdos del Apertura 2012?
Son buenos recuerdos. Tener un año exitoso el 2011 y lograr un tricampeonato el 2012 es muy poco recurrente. No muchos equipos lo consiguen. Me imagino que para todos los que componíamos el plantel y estuvimos esos años, les produce una sensación de un recuerdo muy alegre.
Venían de ser bicampeones y conseguir la Sudamericana, no era fácil mantener el nivel…
Es difícil ser campeones continuamente, siempre que se llega a un peak de rendimiento cuesta sostenerlo. Siempre es difícil reinventarse en el éxito, tratar de seguir manteniendo el rendimiento. Esos años fueron muy lindos.
Además, golearon a Colo Colo en dos oportunidades en ese Torneo. Eso quedó para siempre en la memoria del hincha, siempre lo recuerdan…
Eso lo disfruta la hinchada. Nosotros lo disfrutamos con más mesura, es parte del juego, a veces en otros equipos también uno lo sufre en contra. Ganar esos dos clásicos y terminar así ese semestre es gratificante. Los hinchas son los que lo disfrutan más, nosotros estábamos preparándonos para el siguiente desafío, que era terminar bien el semestre.
Al frente tenían un rival fuerte, ese O’Higgins era un buen equipo…
Fue una final especial en todo sentido. Emocionalmente para mí fue especial. Recordada, tuvo de todo, desde la alegría, ponerme en el lugar que me tocaba en ese tiempo, de ponerme en el otro lugar también. Fue especial en todo sentido, un vaivén de emociones.
Por suerte Guillermo Marino anotó ese gol sobre el final del partido… ¿Pensaron alguna vez que se les escapaba el título?
Nosotros en ese tiempo entrábamos a jugar. Después lo que se va dando y cómo van sucediendo, te llevan a conseguir o no un objetivo. Ese equipo de O’Higgins jugaba súper bien. En ese tiempo estaba en Universidad de Chile y veía que O’Higgins era un rival muy duro. A medida que pasaban los minutos uno veía que las posibilidades se acortaban. Uno tiene recuerdos de eso, pero después son sentimientos personales.
Después Johnny Herrera se lució en la tanda de penales…
Johnny venía con un buen nivel y tapando varios penales. Él continuó con ese nivel que había mostrado. Con lo que había hecho el año anterior y ese lo volvió a ser considerado en la Selección y después lo ratificó.
Ya tienes 37 años… ¿El receso provocado por la pandemia te hizo pensar en el retiro?
No pasa por mi cabeza. Obviamente el tiempo se va acortando por una cuestión lógica, pero tampoco me pongo fecha de caducar. Mientras pueda mantenerme fisicamente, que es uno de los aspectos que después termina quitándote la posibilidad de seguir jugando al fútbol, si logro estar bien y tengo las ganas, lo voy a seguir intentando. Si bien soy mayor, hay jugadores mayores que yo que siguen vigentes y compitiendo, la activa vida del futbolista se ha alargado en comparación a unos años atrás.