
"Me ha traído dificultades hacer análisis de Wanderers, porque a veces no quieren escuchar la verdad. Todos sabemos que la verdad molesta, así que no voy a ser tan crítico para que no se moleste nadie, porque acá somos todos sentidos. Cuando hablo yo, me sacan el pasado y ese pasado ya está enterrado, no me afecta. Lo que sí me molesta es que haya gente que me conoce y haga críticas personales con mala intención". Así comienza la entrevista Cristian "Pistola" Flores, uno de los jugadores históricos más queridos por los hinchas del "Decano".
Quien es considerado como uno de los íconos de Wanderers en los 90' ha tenido problemas por sus críticas en contra del plantel que hoy se ubica en el último lugar del Campeonato Nacional, con solo un punto y 12 derrotas en 13 partidos. En conversación con En Cancha, "Pistola" se desahoga entre la rabia, la resignación, y algo de dolor, por no ser escuchado.
¿Qué le pasa a este Santiago Wanderers?
“El otro día, antes del partido contra Curicó, se notaba que los jugadores ya están rendidos. Espero estar equivocado, porque si fuera de esa manera, ya no tendríamos nada más que hablar”.
¿En qué se basa para decir que los jugadores están rendidos: es un tema de actitud o sencillamente siente que no pueden dar más desde lo futbolístico?
“Pienso que es por la situación que están viviendo. Los cabros nuevos que están empezando a jugar deben llegar a su casa y, seguramente, están para la risa de los demás amigos; los que son casados pueden tener problemas familiares, puede que no duerman bien. Lamentablemente, les está yendo mal y puede que eso les provoque problemas, pero el jugador tiene que ser fuerte. Hay que formar jugadores con mente fuerte y fría para que puedan sacar adelante este tipo de situaciones”.
¿Y qué pueden hacer los futbolistas ahora, cuando parece que no paran de tocar fondo?
“Deben hacer un juramento entre ellos. Yo dije en varias entrevistas que incluso hay algunos que deben cambiar su estilo de jugar, que pueden ser muy buenos, pero que ahora deben correr, correr y correr y contagiar eso al resto. Si pasa eso, se les va a hacer fácil. Lamentablemente, por la situación en la que están y las críticas que hemos hecho varios en este momento difícil de ellos, todo los va afectando. Somos de esa raza de darle a los demás cuando están heridos, pero son críticas constructivas. Yo no pudo dañar al club que a mí me dio una profesión”.
“Esto no es culpa de los cabros”
¿Se le puede atribuir una responsabilidad en esto a los más chicos del plantel, considerando que queda la sensación que están jugando más por una necesidad del club que por convicción?
“Yo cuando debuté estaba Jaime Bahamondes, Patricio Miranda, ‘Manteca’ Ramírez, José Gutiérrez, que nos guiaron. En esos tiempos, cuando la cagábamos, la cagábamos, pero había que remontar nomás. Si perdíamos, en el camarín se hablaba fuerte los días martes, se nos salía alguna ‘chuchadita’ a veces, pero nunca dijimos ‘no importa’. Nosotros nos decíamos que Wanderers, por ser de Valparaíso, debe ser fuerte, aguerrido, que debe ganar de una u otra forma. Si hay jugadores que tienen que salir con la cabeza partida, tienen que salir. Pero acá, esto no es culpa de los ‘cabros’, porque los echaron a la pelea para ver qué se podía hacer y ver si podían sacar a alguien”.
¿Cree que los juveniles que ha sacado Wanderers y están en el plantel son los mejores que se podía tener?
“Yo siempre he dicho que hay que elegir con pinzas a los chicos que pasan al plantel, porque si suben diez Sub 20 a fin de año y solo lo van a hacer para cumplir con tener un plantel de 32 jugadores y hacer la práctica del día jueves, creo que están cometiendo una falta. Hace un tiempo se hizo un equipo de proyección y todavía no sé quién salió de ahí, capaz que hay uno, pero no olvidemos que cuando los suben al plantel, en Wanderers a los chicos no les hacen contrato, los ponen a jugar, quedan libres y se van. Entonces, la mano viene mala desde la dirigencia. Los jugadores que están ahora, deberían estar preparados y saber que ya no son niños, deben ir con mentalidad ganadora y que demuestren en la cancha por qué están ahí”.
Apunta al rol de Moisés Villarroel en la formación
El hincha de Wanderers comenta que se perdió la idiosincrasia que usted menciona. ¿A qué cree que se debe esto, especialmente en lo que tiene que ver con el jugador formado en el club?
“Yo me he dado cuenta de algo, que el hecho de haber sido un gran jugador, seleccionado nacional y haber pasado por equipos grandes, no da por sí solo para ser un gran formador o un gran técnico. Yo creo que eso lo trae la gente de nacimiento. En nuestra época, estaba Raúl ‘Chichi’ Aravena, que había jugado en Aviación y Wanderers; Carmelo Rivero, Juan Álvarez, Oscar Gallardo, que no fueron grandes futbolistas, pero nos formaban como se dice ‘a poto pelado’. Nos daban a entender que es re fácil llegar al plantel, pero el problema es mantenerse y tener un buen rendimiento”.

Hoy, el jefe del Fútbol Joven de Wanderers es Moisés Villarroel. ¿Hay alguna responsabilidad de él en esta crisis?
“Yo pienso que cuando uno es técnico, debe tener carácter y Moisés a pesar de todo lo que ganó, que no tengo nada que decir de su gran carrera, quizás no está preparado para formar, porque hay que tener ojo y una buena visión para saber qué condiciones tiene el jugador para poder explotársela. Quizás le falta un compañero al lado que le diga ‘este jugador, sí sirve’. Antiguamente, pasaban al plantel pocos jugadores, pero todos sumaban, ahora pasan 20, 15, 10 y no son gran aporte. Sin desmerecer a Moisés, yo creo que cuando le pasan a él la responsabilidad del primer equipo, es porque no tienen de adonde agarrarse y lo usan como monigote. No aprovechan a Moisés. Quizás podrían darle otro puesto”.
“No podemos tener futbolistas que vengan a jugar dos partidos y se lesionan”
Volvamos a la realidad de este año. Uno de los principales errores en la conformación del plantel fue el tema de la elección de los refuerzos. Hoy, ninguno de los que llegó ha estado, al menos, cerca del nivel de quienes se fueron. ¿Quién debe hacerse responsable de eso?
“Lo que yo sé es que quien busque los refuerzos para Wanderers, debe ser una persona que ande por todo Chile, que vaya a los cerros, pero que también haga cursos en Europa; que vaya a Uruguay, Brasil, Paraguay, Argentina. ¡Que se dé la vuelta! Que la sociedad anónima gaste la plata que pagan los socios y manden a la persona a ver a un jugador que haya hechos dos o tres temporadas buenas y a ese traerlo, independiente que sea un poco más caro. No vayan a buscar jugadores que en los últimos tres partidos hicieron dos goles u otro que jugó el año pasado, pero que ha estado lesionado todo el torneo. No puede ser que elijan tan mal, no puede llegar cualquier jugador, además el fútbol está muy socio y da para mucho que pensar”.
Pero Wanderers tiene una secretaría técnica, que incluso acaba de ser renovada…
“Pero se han equivocado igual nomás, yo creo que eso es para que la gente quede tranquila, pero la gente ya no cree. Si Wanderers se va a la B, va a tener que traer jugadores consagrados, van a tener que invertir, como lo hacen los equipos grandes. No podemos tener futbolistas que vengan a jugar dos partidos y se lesionan, porque ahora se lesionan un dedo de pie y están parados dos meses. Antiguamente, nosotros nos infiltrábamos y jugábamos igual, lo que me pasó la cuenta e hizo que tuviera que terminar mi carrera a los 29 años. Yo lo hacía por ser leal, pero ahora te duele la cabeza y son tres días de licencia en cama. Hay que tener un poquito de vergüenza deportiva, yo creo que los futbolistas no se han dado cuenta que el próximo año no van a firmar en ningún lado”.
¿Necesita Wanderers hoy un director deportivo, dada la grave situación del club?
“Si traen a alguien para ese puesto, debe ser una persona que ame al club, independiente que reciba sueldo. Hoy la plata está manejando todo. Hay que elegir con pinzas quién puede ser un veedor de jugadores para traer jugadores de pesos, pero si Wanderers no quiere invertir, creo que no tiene nada más que hacer que seguir jugando y sacar un par de puntos y no ayudar a sacar campeón a cualquiera, porque si pierde contra equipos que están peleando el título, se va a prestar para muchos malos entendidos”.
¿Le gustaría que Wanderers le diera la posibilidad de volver a trabajar en el club, o al menos de escuchar lo que tiene que decir?
“Me gustaría trabajar en Wanderers, pero hoy las relaciones no están muy buenas, porque la gente no tiene idea del pasado futbolístico de uno, de la formación de uno, donde me saqué la cresta y me cagaba de hambre. No tienen idea de cómo vivíamos en las mediaguas con pozo séptico y ventanas con nylon, no tienen idea de lo que sufrimos. A mí me critican y me dicen que me gasté la plata, pero quizás con una madre o un padre al lado, como corresponde, hubiese tenido un mejor conocimiento de la vida. Yo en la cancha siempre me saqué la cresta porque Wanderers era todo”.
Si usted fuera el capitán del actual equipo de Wanderers y tuviera que dar una charla a sus compañeros, previo al próximo partido ¿Qué diría?
“Me tomaría la atribución de decirles que al que vea caminando o trotando, lo mando a sacar. Yo me pregunto si los jugadores no se han dado cuenta que el 2021 puede ser una catástrofe para la ciudad, que podemos vivir una Navidad más amarga que la cresta, especialmente para la gente que se esforzó y pagó su cuota de socio, que los escuchaba por la radio o los ve por la tele. ¿Han pensado en la amargura que significa ver a los niños y viejos llorando en el estadio? Aquí cuando se corre, se marca la diferencia y eso es lo que falta”.