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Entrevista | El regreso de Jonny Walker: "Siempre apoyo a La Roja, la UC y Colo Colo... ¡pero no a la U!"

El estadounidense que defendió a albos y "cruzados" rompe años de silencio y desempolva los mejores recuerdos de su etapa en Chile en conversación con En Cancha.

Que sea en inglés es la única condición que pone Jonny Walker antes de hablar con En Cancha. "No sé si lo recuerden, pero mi español en ese entonces no era muy bueno, y ahora creo que es incluso peor", dice con humor.

Quien fuera todo un personaje en el fútbol chileno a finales de los 90 y principios de los 2000 vuelve a sacar la voz tras años alejado del día a día en Chile. Arquero estadounidense de gran envergadura que -aunque suene muy, pero muy cliché-, llegó a nuestras tierras con una maleta llena de ilusiones, sin dinero pero con muchas ganas de jugar al fútbol, deporte que, en ese entonces, los norteamericanos seguían mirando con recelo.

Con pasos por la Universidad Católica, Colo Colo y Huachipato, hoy Walker, de 48 años, sigue ligado al fútbol. El otrora guardameta, después de su retiro en la temporada 2005-2006 (defendiendo a los New York Red Bulls) volvió al aula para terminar sus estudios en la Universidad de Lousiville, graduándose en el 2007. Ahora, trabaja como Head Coach del equipo femenino de la Universidad de Memphis Athletics, en Tennessee.

En conversación con En Cancha, Walker hace funcionar la memoria y habla de lo que vivió en Chile defendiendo a dos de los clubes más grandes del país, y las enseñanzas que le dejó el vivir en un lugar con una cultura diferente a la suya.

-Te retiraste a los 31 años. Joven para los estándares de hoy en día.

Sí, estaba realmente en mi mejor momento cuando me lesioné. Me rompí un disco en la espalda durante un entrenamiento a fin de año en 2005. Fue inoperable. Los médicos me sentaron y me dijeron que había terminado mi carrera. Acababa de cumplir 31 años, así que definitivamente me perdí de varios años más jugando como profesional. Fue muy descorazonador, pero estas cosas pasan y no solo en el fútbol. Hay mayores injusticias en el mundo. No fue el momento más grato de mi vida.

-Y cuando jugabas, la MLS no era la liga potente que conocemos ahora. ¿Hubiese sido distinta tu carrera hoy en día?

Creo que todo es relativo. Es verdad, la Major League Soccer es más competitiva de lo que era cuando empecé. Fui reclutado para Dallas en el 96, y tuvimos excelentes jugadores: Hugo Sánchez, Leonel Álvarez, Chiche Sonora. Pero los jugadores estadounidenses no eran de ese mismo nivel. Ahora con el número de equipos, reservas y 2ª y 3ª divisiones, realmente es mucho más profesional de lo que era. Con eso viene la competencia y la mejora. No hay manera de saber si hubiera tenido una mejor carrera, pero probablemente nunca hubiera ido a Chile si las oportunidades acá hubiesen sido las de hoy.

-Hoy el mundo está más globalizado, pero ¿cómo llegó un estadounidense a jugar a Chile en esos tiempos?

Irme a Chile fue la decisión más fácil de mi vida. Tuve algunos compañeros de equipo que me enseñaron unos ejemplares de las revistas Don Balón y El Gráfico. Vi la pasión y a los fanáticos chilenos, y algo dentro de mí me dijo que tenía que ir. No tenía dinero ni tampoco un Plan B, pero me había convencido que iba a triunfar en Chile o que iba a morir en el intento. Me fui a probar a la Universidad Católica y estuve 7 u 8 meses en la residencia de San Carlos de Apoquindo, solo esperando una oportunidad ahí con juveniles como Milovan Mirosevic, Patricio Ormazábal o Cristián Álvarez. Fui cedido a Huachipato pero después regresé.

-¿No te desilusionaste con esa salida?

No, Huachipato fue una experiencia maravillosa. Después de practicar básicamente con Católica en el 97, estaba feliz de estar en un ambiente normal de club, con partidos por delante. Teníamos un equipo muy fuerte y terminamos bien. Uribe, Scotti, Cartes, Ugarte y Pedro González eran muy buenos jugadores. Aprendí mucho de Andrija Percic (entrenador) también. Era extremadamente organizado y me enseñó los sistemas de bloques y sectores en el campo. ¡Era tan simple que incluso yo podía entenderlo! Sin ese paso por Huachipato jamás habría entendido lo que es jugar en Católica o Colo Colo, y por eso siempre estaré muy agradecido.

-Y volviste a la UC un año después...

Sí, y era como estar soñando, como llegar al cielo y ser desafiado a atravesar sus puertas. Cuando llegué, al no jugar, me tocaba ver todos los partidos como hincha, así que me hice fanático antes de pisar el campo de juego. Quería jugar ahí más que cualquier cosa en el mundo. La belleza natural de San Carlos de Apoquindo hace que como futbolista te pellizques cada vez que pisas Camino Las Flores 13000. Pero no fue una transición fácil. Recuerdo que gran parte del año en el '99 estuve en el segundo vestuario con algunos de los juveniles. El vestidor principal no tenía espacio, así que estaba allí, esperando, dependiendo de si me necesitaban o no. Eventualmente me hicieron un espacio y los jugadores comenzaron a molestarme, pero siempre en buena onda. Sabía que era algo divertido. Cuando nadie te molesta o te habla es cuando tienes un problema.

-La peleaste y saliste campeón con Católica. ¿Qué recuerdos tienes de ese título del 2002?

Recuerdo que fue la culminación de muchas cosas. Por supuesto que recuerdo el abrazo de mi compañero de cuarto, Miguel "Cheito" Ramírez, una vez que sonó el silbato. Y cómo que a pesar de que por el sector hiciera mucho frío, ese día en San Carlos no se sentía. Recuerdo lo mucho que habíamos luchado en 2001 para ponernos en posición de ganar en 2002. Wim Rijsbergen se fue y Juvenal Olmos entró como un marinero enojado en una clase de jardín de infantes. Hubo un cambio de cultura definitivo y con el tiempo comenzaron a llegar los resultados. No pudimos ganar en 2001, pero terminamos segundos, y considerando la forma en que comenzó todo fue bastante impresionante. Ese trabajo condujo a nuestra campaña en la Copa Libertadores 2002 y el Campeonato Apertura. No fue perfecto, pero fue bastante notable.

"Colo Colo es un monstruo"

-Al año siguiente diste el salto a Colo Colo. ¿Con qué mundo te encontraste allí?

Colo Colo es un monstruo. Lleva la historia de sus campeonatos y el calibre de sus jugadores. Los hinchas no solo aparecen en los estadios, sino que en todas partes. Los sientes donde quiera que vayas. En los negocios, el mecánico, el dentista, en todas partes. Nunca te dejan descansar y eso hace que te exijas al máximo. Poder jugar en Colo Colo fue un verdadero honor. El club venía saliendo de la quiebra y no había mucho dinero. Incluso Iván Zamorano estaba jugando por una pequeña cantidad, pero ni lo pensé dos veces antes de irme hacia allá. Fue fantástico. Desafortunadamente perdimos en la final ante Cobreloa cuando yo estaba allí. Quería tanto ganar con Colo Colo, pero no pasó. Al menos puedo decir, honestamente, que ganó el mejor equipo, porque los "Zorros" estaban llenos de talento en esos tiempos.

-Y en todos estos años, ¿volviste a Chile alguna vez?

No he vuelto, pero no pasa una semana que no piense en Chile, en la gente y en su futbol. Sé que este deporte es de ciclos, pero los éxitos que tuvo Chile a nivel internacional en los últimos 12 años simplemente confirmaron lo que yo siempre supe: que los chilenos pueden jugar con cualquiera. En cuanto a la liga local, siempre miro los resultados para ver en qué posiciones va cada equipo. Y en las competencias internacionales siempre animo a Chile, la Universidad Católica y a Colo Colo. A La U….¡No!

-De alguna manera sigues conectado con nuestro país.

Si me dieran a elegir un país para vivir fuera de los Estados Unidos, Chile sería mi única opción. Fue cálido y acogedor. Siempre hubo un sentido de orden y de disciplina. El país en sí lo tiene todo. Joyas geográficas como Saltos del Laja, la Isla de Pascua y el Valle del Elqui. Esos fueron solo algunos de los lugares hermosos que pude conocer. Pero lo mejor parte de Chile es la gente. Todos fueron amables y acogedores. Siempre nos sentimos seguros. Jamás sentí discriminación hacia mí, mis amigos o mi familia. Fue un tiempo increíble.

Notable: la increíble jugada de ingeniería del Betis de Pellegrini que le otorgó el triunfo sobre Manchester United

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