Entrevistas

"Los jugadores de La Roja Sub-20 no son niños, han jugado en Primera a estadio lleno, hay que exigirles"

Patricio Neira, goleador de Chile en el Sudamericano de 1999, analiza el presente de la Selección que busca la clasificación al hexagonal final en Colombia, de cara al Mundial de Indonesia. El ex futbolista viene de recuperarse de un ACV.

Patricio Neira fue uno de los goleadores que irrumpieron bastante jóvenes en el balompié criollo. Con un estreno más que auspicioso, el Pato desde bien cabro chico comenzó a inflar redes en las porterías rivales, defendiendo la camiseta de Palestino. Incluso, en el Sudamericano sub 20 de 1999, en Mar del Plata, se matriculó con cuatro goles, de los cuales dos se los marcó al mismísimo Julio César, portero de Brasil que tenía, además, a Ronaldinho en sus filas.

"Jugaba una cantidad de futbolistas que posteriormente brillaron en el fútbol mundial", sostiene Neira, quien se recupera de un ACV que sufrió el pasado 14 de diciembre. El ex jugador de Palestino y otros equipos arrastraba una malformación congénita y eso le provocó el accidente, del cual ya se encuentra recuperado.

"En primer momento sentí la mano izquierda rígida y también se durmió la parte izquierda de la cara. Afortunadamente la reacción de mi señora Carol y de mi hermano fue vital porque pudo ser fatal y pude quedar con unas secuelas. Pero ya estoy mejor. A veces me canso al hablar, pero con los días y el tratamiento ya estaré mejor. Lástima que no podré seguir jugando al fútbol", dice el Pato, quien por estas fechas, cuando se disputan Sudamericanos Sub 20, viene a la memoria la actuación que tuvo en 1999.

Neira, quien después de dejar el fútbol en 2008, se dedicó a trabajar en escuelas de fútbol. Pero no le gustó mucho el tema. "Ahí me junté con unos amigos para iniciarme en la representación de jugadores. Viajamos a México para hacer algunos contactos y hasta ahora me dedico a esto. Tengo un grupo de jugadores y no me puedo quejar", dice.

-¿Qué tal el trabajo como representante?

Tengo un grupo pequeño de jugadores, entre ellos a Jorge Romo, que fichó en Barnechea. También Leandro Garate, con quien estamos trabajando junto a Gustavo Debeza. Joaquín Pereyra en Montevideo. Lo mío es en ayudar y guiar a los jugadores y sin un contrato. Toda relación se basa en la confianza y la gente me conoce. A mí me pasaron cosas buenas y malas con representantes, entonces trato de que ellos se sientan bien en todo sentido. A los chicos también los trato de ayudar y guiarlos. Es un gran trabajo lo que hay que hacer con ellos.

-Los tiempos han cambiado desde que usted era juvenil. Ahora cuesta quitarles el teléfono y evitar que estén en las redes sociales.

Son otras épocas, pero es verdad. A mí me pusieron cuando joven un auto y convencieron a mis viejos. A los chicos hay que tratar de inculcarles otras cosas y no que estén preocupados del auto y de los tatuajes, como se lo escuché a Marcelo (Salas) en una entrevista. Para nosotros era muy importante debutar en el primer equipo. Pero para eso había que sacrificarse mucho.

-¿Qué opina de la Sub 20 actual?

La he visto con altos y bajos. Si bien hay buen equipo y con buenos nombres, pensaba que podríamos tener mejores resultados. Siento que tenemos una buena sub 20 para clasificar. La verdad que espero que puedan mejorar y que puedan clasificar. Por nombres, tenemos buenos futbolistas, pero necesitamos jugar de mejor forma.

-¿Escuchó la frase de Pato Ormazábal, que dijo que son niños?

Creo que el Pato quiso cuidar a sus muchachos, pero yo creo que no son chicos, son adultos, jugadores profesionales. El Pato no tuvo una frase adecuada, porque son chicos que hay que exigirles, son jugadores profesionales. Los chicos son los de 14 años. Aquí estamos con jugadores que han jugado a estadio lleno, que han jugado Copa, en Primera. Tenemos una diversidad de futbolistas que están para dar mucho más y esperar que lo puedan demostrar.

-Cuando usted la rompió en 1999 ya era titular.

Yo tenía un año y medio jugando en Palestino. Teníamos un bagaje muy amplio para enfrentar ese Sudamericano, no sólo yo. Había compañeros que estaban jugando y teníamos jugadores, buenos nombres, pero no pudimos clasificar. Pero ahora en Chile están muy preparados y están las condiciones para dar ese paso.

Su gran capacidad goleadora

Patricio Neira fue de esos peperos que siempre llamó la atención porque no jugó en un equipo grande del fútbol chileno. Después de un par de temporadas notables en Palestino, los años 1997 y 1998, el ex atacante terminó en Huachipato, aunque desclasifica que pudo llegar a defender a Colo Colo.

"Entre el 1997 y 1998, recuerdo, estuve muy cerca de llegar a Colo Colo. Estaba todo listo, pero al final terminé fichando en Huachipato. Allá me trataron súper bien, pero siempre me llamó la atención qué pasó con mi frustrada llegada a Colo Colo. Uno siempre tuvo la ambición de llegar a un equipo grande y mis amigos también me lo comentaban. Insisto, y sin ningunear a Huachipato, yo también pensé que podía llegar a Colo Colo", sostiene.

Según Neira, el representante que lo manejaba en esa época "vio más por los beneficios de él que los míos. Después me enteré de muchas cosas, pero ya está. También hago mi mea culpa porque de tener una buena campaña en Huachipato, habría tenido la oportunidad de cumplir el sueño de jugar en uno de los equipos grandes".

-Llamó la atención que pasara a Huachipato.

Siempre me hice la misma pregunta y mis más cercanos también. Pequé de ingenuo, influenciado también por mi representante, pero yo también tuve responsabilidad. Quizás si hubiera mantenido mi rendimiento de Palestino en Huachipato las cosas habrían sido diferentes.

-¿Qué pasó?

No tenía muchas posibilidades de jugar. Recuerdo que los delanteros eran los paraguayos Pablo Caballero y Raúl Duarte. Además que Andrija Percic, quien era más conservador. Solamente hice tres goles, poco en comparación a los 10 que hice en Palestino el año anterior.

-Ese año fue seleccionado en la Sub 20 de Mar del Plata.

Ahí hice cuatro goles, pero los que más recuerdo son los dos que le hice a Julio César de Brasil. Teníamos una gran selección. De hecho, varios de los que estuvieron en ese plantel estuvieron en ese equipo que consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney.

-¿No le dio lata no estar en ese evento?

Claro que sí, pero sabía que con el presente que estaba viviendo eran escasas las posibilidades de poder estar en los Juegos Olímpicos. Habían compañeros que estaban pasando un buen momento y en el fútbol uno está en la Selección por un buen rendimiento. Y yo no lo estaba. Igual don Nelson (Acosta) me llamó para algunos partidos. También me llevó a una gira a Guatemala y a Estados Unidos. De hecho, ante los estadounidenses jugó creo que 4 minutos. Había ingresado por Cristián Uribe y me sacaron.

-¿Por qué?

Porque en una jugada el gigantón arquero de Estados Unidos (Tom Presthus), que medía como dos metros, me cayó encima y tuve una lesión en una rodilla. O sea, todo mal. Igual me hubiera gustado jugar más. Pero son buenos recuerdos los que guardo.

-Tuvo un paso por México y después.

Estuve en el Puebla, pero también hubo problemas con los dirigentes y el entrenador. Ya después me vengo a Chile, en el 2000, a Palestino. Después a Arica, Deportes Concepción, Universidad de Concepción, el Chago y Puerto Montt donde me tocó vivir un momento complicado.

-¿Qué le pasó?

Ese año 2005 jugando por Puerto Montt sufrimos un accidente en la altura de Collipulli, yo iba sentado en los asientos del final junto a Javier di Gregorio. Era de noche y en una curva bajamos la velocidad y por atrás nos chocó un bus a gran velocidad.

-Fuerte.

Sí, fue duro y trágico. Desde ese momento cambió mi forma de ver la vida y nos unió una gran amistad hasta el día de hoy con Javier di Gregorio, quien resultó con una grave lesión en su pierna. Yo lo acompañé en todo momento. Ya después de eso partí a Rangers, Temuco y terminé en Copiapó.

-En Temuco fue dirigido por el "Gurú" Eduardo Bonvallet.

-Exacto. Era una gran persona. Ahí no era el personaje que tenía en los medios de comunicación. Claro que siempre nos decía que teníamos que cortarnos el pelo y que teníamos que hablar dos idiomas. Era divertido y un tipo que sabía mucho de fútbol.

-¿Y por qué nos le fue bien en ese Temuco?

-Eduardo tenía muy bien impregnada la escuela holandesa. Pero creo que le faltaba alguien que fuera el contrapunto y que le dijera que, a veces, las cosas debían ser de otra manera. Pero creo que nos pasaron la cuenta. O más bien dicho a él por su pasado como comentarista. Recuerdo un partido con Osorno, donde nos perjudicaron. Bueno y en otros partidos también. Siempre lo recuerdo con cariño.

Los dos goles que anotó Iván Morales en amistoso del Cruz Azul

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