El viernes por la tarde-noche, la cuenta de Twitter de Raúl Delgado, presidente de San Felipe, envió un mensaje que no muchos pudieron comprender completamente. Sin un destinatario claro pero que, según quienes conocen las historias dirigenciales, tendría como objetivo al actual jefe de los árbitros, Jorge Osorio.
El lunes pasado, San Felipe perdió como visita por 2-1 ante Magallanes. En el primer gol de la Academia, el delantero Miguel Ángel Orellana estaba en posición de adelanto por 3 metros y 10 centímetros, según la medición que hace la TV en la señal de TNT Sports. El asistente Carlos Carrasco no levantó la bandera, el juez Omar Oporto no sancionó nada y, como en Primera B no hay VAR, se validó la conquista.
El polémico gol de Magallanes a San Felipe
La reacción de Delgado se habría producido al saber que los jueces del partido contra Magallanes no recibieron sanción y que tres de los cuatro involucrados en el escandaloso duelo de San Bernardo volverían a dirigir este fin de semana. El único que no apareció en las nóminas fue el asistente Carrasco.
Antecedentes de la época de Jadue
Fue ahí cuando Delgado ventiló viejas disputas y publicó un mensaje que no pasó inadvertido: "Será que está mandándome un mensaje? Ya lo viví en el 2012. No quedó satisfecho con cumplirle a su jefe de aquel momento? O su actual jefe le pide que repita con nosotros lo de esa época? No me obligues a hablar, porque hago estallar todo. Te quedó claro?".
Un exdirigente de comienzos de la década pasada rememora la historia que reflota Delgado. "En la época de Jadue hubo presiones para perjudicar a algunos equipos, eso lo sabían todos. Y era para beneficiar a los clubes amigos del presidente. San Felipe fue justamente uno de los más perjudicados en 2012 y terminó bajando a Primera B. Y Jorge Osorio fue quien arbitró el partido contra Iquique, cuando los sanfelipeños descendieron. Fue un arbitraje con polémica el de ese partido. Seguro que el mensaje es para él".
Hace tres semanas, en entrevista con "La Tercera", el presidente de la ANFP Pablo Milad reconocía que el nivel del arbitraje no era bueno y anunció que habría capacitaciones de los jueces chilenos en Brasil e intercambio de réferis con ese país para mejorar el nivel.