El costo de despedir a Gustavo Poyet y su principal defensor para que siga en la banca de la UC

La estrepitosa caída de Universidad Católica ante Palestino en La Cisterna aproximó al técnico Gustavo Poyet al borde de la cornisa, pero se aferra en el puesto gracias a su más fiel defensor: el presidente de Cruzados SADP, Juan Tagle.

Desde el directorio cruzado ya le habían enviado un mensaje al entrenador previo al partido con Palestino y, tras el tropiezo en La Cisterna, están plenamente de acuerdo con el amplio sector de la hinchada que pide la salida inmediata del uruguayo de la banca de la UC pero, hasta el momento, es el mandamás del club quien no ha querido tomar la drástica decisión.

El contrato de Poyet

En Cruzados tenían contrato y sueldo tipo para sus entrenadores. Les pagaban 600 mil dólares al año y existía una cláusula de revisión al término de la temporada en donde cualquiera de las partes podía terminarla pagando dos meses de sueldo. Fue así como Beñat San José, Gustavo Quinteros y Ariel Holan se marcharon luego de depositarle US$ 100 mil a las arcas cruzadas.

Este año cambió la duración del contrato, pero no el monto. A Gustavo Poyet lo firmaron por un año, con una cláusula para prorrogarle por una temporada más. Por lo tanto, echar hoy a Poyet no es negocio y le significaría a la UC desembolsar una cifra que va entre los 350 mil y los 525 mil dólares. Si llegan a diciembre, el uruguayo ser marcharía sin ningún tipo de costo.

Malestar cruzado

En el directorio de Cruzados claman por la salida del adiestrador. Según ellos, el gasto por el despido de Poyet se podría recuperar con los ingresos por la clasificación a copas internacionales, situación que a estas alturas ya no consideran como segura mientras el charrúa se mantenga en el banco. Entrar a la Sudamericana les garantiza un millón de dólares y a la Libertadores, US$ 2 millones.

Juan Tagle es el gran defensor del técnico y es quien se niega a darle una salida inmediata. ¿Las razones? El costo que implica y también por un tema de imagen: sería el primer entrenador que el presidente tendría que despedir, algo que se convertiría en un punto negro de su gestión.

El último técnico que despidieron de Universidad Católica fue el argentino Julio César Falcioni, el 26 de noviembre de 2014.