Este sábado 2 de abril, a los 85 años, falleció el ídolo de la U y La Roja, Leonel Sánchez. El exfutbolista muere tras padecer por más de nueve meses una fibrosis pulmonar que terminó complicándose en los últimos días y que lo mantenía internado desde la semana pasada en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
Pero al momento de su partida, comienza la leyenda. Una que quedó grabada en la memoria de los hinchas azules como la zurda inmortal que lideró al mítico Ballet Azul en los años 60, así como una de las figuras en la mejor actuación histórica de la Selección Chilena en una Copa del Mundo, con el tercer lugar de 1962.
¿El mayor ídolo en la historia de la U?
Leonel Sánchez cumplió el anhelo del niño que nace con el sueño de hacer historia en la U. Se forjó en las divisiones inferiores del club y debutó en 1953 con tan solo 17 años, comenzando una carrera que solo sabría de alegrías y títulos del Campeonato Nacional con el plantel más exitoso en la historia de los azules: el "Ballet Azul".
En su paso por la U, junto a otros referentes como Sergio Navarro, Carlos Campos y Rubén Marcos, entre otros, Sánchez alzó dos preseas del Torneo Metropolitano y siete del Campeonato Nacional, inscribiéndose como el segundo goleador histórico del club con 167 tantos -solo por detrás de su compadre "El Tanque" Campos- y como el noveno futbolista con mayor cantidad de encuentros disputados con 412.
A su vez, dejó en el inconsciente azul el dorsal número 11, que después sería rememorado nada menos que por otro de los máximos ídolos del equipo: Marcelo Salas.
En 1969, el año en que el "Ballet Azul" obtuvo su último título de primera división, Leonel Sánchez salió de la U al que años más tarde sería su principal rival en Chile: Colo Colo. Por el "Cacique" no dejó de brillar y en el año que estuvo en el cuadro albo obtuvo otro título del Campeonato Nacional a su palmarés. En 1973, con 37 años, dejó el fútbol tras breves pasos por Palestino y Ferroviarios.
"Que gane el más mejor"
El talento de Leonel Sánchez fue reconocido tempranamente para llevarlo a la Selección Chilena en 1955, cuando apenas tenía 19 años, y se convirtió rápidamente en una de sus figuras. Debutó contra Brasil en el Maracaná, y para cuando Fernando Riera empezó su proceso para ser anfitrión en el Mundial de 1962, Leonel ya no era solamente titular fijo, sino también uno de los líderes de un equipo que terminaría siendo tercero.
En dicho certamen, Sánchez fue el goleador de La Roja, jugando seis partidos y anotando cuatro goles, compartiendo la Bota de Oro como máximo artillero del torneo junto a Garrincha, Vavá, Flórián Albert, Valentin Ivanov y Dražan Jerkovic. Ningún tanto más recordado que el "gol imposible" que le marcó a la Unión Soviética en Arica; un tiro libre que debió ser penal, y que llevó a Julio Martínez a acuñar su clásica frase: "Justicia Divina".
Pero Leonel no solo se consagró futbolísticamente; su actuación en "La Batalla de Santiago" ante Italia, cuando conectó un certero puñetazo a Mario David, lo convirtió en un ícono y un ídolo popular, así como una frase que quedó en el inconsciente colectivo nacional: "Que gane el más mejor".
Paso por Colo Colo y Estadio Leonel Sánchez
Con La Roja, fue nombrado por la FIFA como uno de los 100 mejores jugadores en la historia de los Mundiales y reconocido por la Conmebol como uno de los lanzadores de tiros libres más efectivo en Sudamérica, además de ser uno de los pocos seleccionados antes de la "Generación Dorada" que jugó en dos Copas del Mundo; también estuvo en Inglaterra 1966, donde fue el capitán.
Durante su estadía en La Roja, que terminó en 1968, Sánchez alcanzó a disputar 85 encuentros y batir las redes en 24 oportunidades, incluyendo uno en su partido de despedida contra México en Norteamérica.
Se pudo ir a Europa, incluso le hicieron ofertas formales por parte del Milan, la Juventus y el Benfica, pero se quedó en la U, hasta que en 1969 no lo quisieron más y lo despidieron. Él, despechado, fichó en Colo Colo y salió campeón, pero su corazón azul no cambió. Trató de ayudar al equipo en los 80 como entrenador, sufrió con el descenso y lloró de alegría con el título de 1994; cada vez que podía, iba al estadio, donde incluso los que solo lo vieron jugaron por YouTube le demostraban su cariño.
Varias campañas y encuestas suelen situarlo al tope de la lista de opciones de los hinchas a la hora de elegir el hipotético nombre del soñado estadio azul. Algo que no alcanzó a ver en vida: ¿lo podrá disfrutar desde un cielo que, hoy más que nunca, se tiñe de azul?