
El fútbol chileno intenta reaccionar a la bomba que explotó hoy en su seno, luego de la Radio ADN publicara audios del árbitro Francisco Gilabert, admitiendo que recibió presiones para cobrar un penal polémico en la pasada Promoción entre Huachipato y Copiapó.
Javier Castrilli quedó en el ojo del huracán, y ayer en la noche fue despedido sin titubeos, luego de que se negara a quedar suspendido hasta que se concluyera una investigación interna en la ANFP.
El presidente del ente rector de nuestro balompié, Pablo Milad, salió a encarar a los medios esta madrugada, luego de un extenso Consejo de Presidentes en Quilín.
"Decidimos despedirlo por no acatar una decisión de directorio. Él dijo que no había hecho ningún tipo de llamada, que era inocente, y si es necesario el día de mañana, si se considera culpable a alguna persona, iremos a tribunales para clarificar una sospecha que hoy cae sobre todo el futbol chileno. Tengo la misión de dar la cara y esclarecer estos hechos", señaló.
La buena noticia es que la fecha en todas las categorías del fútbol profesional no está en peligro, pues el propio mandamás anunció que los 14 árbitros echados por Castrilli serán reintegrados.