La Supercopa entre Universidad de Chile y Colo Colo sigue envuelta en incertidumbre y polémicas. La esperada visita inspectiva al Santa Laura, que debía realizarse este miércoles para definir si el recinto estaba en condiciones de albergar el partido, finalmente no se concretó y fue reprogramada para el viernes.
Con ello, la decisión definitiva sobre la realización del duelo quedó nuevamente en suspenso. Mientras desde la Delegación y la ANFP aseguran que el partido tiene todo para disputarse, la U y el Gobierno coinciden en que el compromiso no se debe llevar a cabo.
La Delegación posterga la decisión
El aplazamiento se suma a las dudas que genera el estado del recinto de Independencia, afectado por excavaciones y escombros que han dificultado la aprobación de las autoridades.
Este miércoles se esperaba una resolución final, pero el panorama se estiró dos días más, pese a que desde la Delegación Presidencial han insistido en que no existen mayores inconvenientes para que se dispute la Supercopa.
La tensión escaló con la entrada del factor político. Mientras el delegado presidencial, Gonzalo Durán, manifestó que el partido debe jugarse en Santa Laura y que están dadas las condiciones para aquello, el ministro de Seguridad, Luis Cordero, expresó su rechazo tajante.
Para el secretario de Estado, un recinto con obras en curso no debiese recibir un evento masivo por los riesgos que representa para la seguridad pública y de los asistentes.
“Un establecimiento que recibe eventos masivos, que se encuentra en obras, no puede recibir esos eventos masivos. Si nos queremos tomar las cosas en serio, uno no puede estar esperando hasta el último día”, apuntó Cordero.

Nueva polémica en Santa Laura
En paralelo, la Delegación sí realizó este miércoles la inspección correspondiente para el partido entre Unión Española y Audax Italiano, programado para el sábado, también en Santa Laura. Pese a que el aforo será considerablemente menor al que tendría la Supercopa, el encuentro fue autorizado sin problemas.
La jornada, sin embargo, no estuvo libre de incidentes. Según información de En Cancha, el jefe de seguridad de Universidad de Chile, Javier Gonçalves, intentó ingresar al estadio en medio de la inspección, pero fue expulsado por el gerente general de Unión Española, Sabino Aguad.
De manera adicional, se logró suspender la feria dominical de calle Guanaco, ubicada en las inmediaciones del recinto, con el objetivo de facilitar el acceso al estadio en caso de que finalmente se apruebe la Supercopa.
Así, el futuro del partido entre azules y albos quedará supeditado a lo que ocurra este viernes, en una definición que ya no solo cruza factores deportivos y logísticos, sino que también entró de lleno en el terreno político.