Boquiabierto quedó el fútbol chileno cuando en julio de 2025 Eduardo Vargas pegó la vuelta a nuestro Campeonato Nacional. Lo hizo nada más y nada menos que al Audax Italiano, donde encontró mejores condiciones que en la Universidad de Chile, club al que se pensaba iba a retornar.
Lamentablemente, la llegada de Turboman a La Florida coincidió con una clara merma del equipo, que había hecho una primera rueda maravillosa, donde se le consideraba el principal rival de Coquimbo Unido en la lucha por el título.
En 14 partidos disputados entre Liga de Primera y Copa Chile, el atacante de la Generación Dorada de La Roja se las ha arreglado para anotar en 4 oportunidades. De todas formas, al principio más de alguna crítica de los hinchas se ganó, pues parecía no encajar en el esquema de Juan José Ribera.
El propio Coto, desvinculado hace unas semanas del Audax, atendió el llamado de En Cancha y se refirió a lo que fue su relación con Edú y la estadía de este en el club floridano.
-¿Qué significó dirigir a Eduardo Vargas?
Tengo la mejor opinión de él y para todo el plantel. Todos se entregaron al cien por ciento, tuvimos un grupo muy obediente, muy trabajador. Cero acto de indisciplina. No nos equivocamos en nada en la conformación de ese gran plantel, que se notaba que era muy ganador. Audax venía peleando el descenso hace rato y este grupo lo convirtió de nuevo en un equipo competitivo. Siempre tendré las mejores palabras para ellos.
-Pero la llegada de Vargas incomodó en lo táctico, ¿o no?
No. Él llegó en un momento difícil del equipo, cuando ya estábamos algo inestables. No siempre todas las cosas pasan por un solo jugador. Él siempre se entrenó y trabajó muy bien. Es muy profesional, muy obediente, muy dedicado. Hubo partidos en los que lo sacamos al entretiempo y nunca puso una mala cara. Soy un agradecido de haberlo dirigido. Me puso muy contento que haya hecho el gol de la clasificación a Copa Sudamericana.
-Al principio fue resistido por el hincha, eso sí.
A mi juicio fue injustamente criticado, porque nosotros veíamos su lucha, su esfuerzo, la entrega en cada entrenamiento. Le deseo lo mejor en el futuro. Fue un honor poder dirigirlo, lo mismo que a Leo (Valencia), que varias veces jugó lesionado. ¿Qué te puedo decir de los jugadores? Nada. Que fue un orgullo haberlos dirigido. Seguramente nos toparemos en alguna cancha y nos daremos un fuerte abrazo, porque fueron bien francos conmigo en todo momento. Rescato solo cosas positivas de todo ese grupo de futbolistas.