Llegó cuando apenas tenía 16 años al fútbol chileno, a O’Higgins de Rancagua específicamente, y de allí en adelante ha hecho toda su carrera en nuestro país.
El delantero argentino nacionalizado chileno, Milton Alegre (14 de octubre de 1991, Alcorta, Argentina) es de esos futbolistas de carrera larga y que se ha transformado en clásico de nuestras canchas, sobre todo en clubes de Primera B y de Segunda División.
Le falta todavía dar el salto a Primera, pero ahora está en la carpeta de refuerzos de Unión Española, un grande caído en desgracia, para intentar la operación retorno.
Desde Rengo, donde vive con su núcleo familiar, contesta el llamado de En Cancha, para hacer un repaso a su carrera deportiva. Las razones por las que se quedó en Chile, el legado que le dejó Jorge Sampaoli en el Capo de Provincia y los recuerdos de Santiago Wanderes y Rangers, dos clubes con los que estuvo a punto de conseguir el ascenso.
Como es obvio, la primera reflexión de Alegre es sobre su posible llegada a Unión Española: “He recibido muchísimos mensajes, pero eso lo dejo en manos de mi representante, Sebastián López, que maneja mi situación. Sé algunos detalles, pero no más allá. Él me dijo que estuviera tranquilo, que algo se iba a dar y que no me desesperara mucho. Él se hará cargo”.
-Pero más allá de eso, ¿cómo ves desde tu punto de vista la posibilidad de llegar a Unión Española?
Si se llegara a concretar sería un honor. Un desafío muy importante, además. Sé lo que es el club, la trayectoria que tiene, la historia de un club tan grande como Unión Española y ser parte de eso sería muy motivante. Pero tampoco me quiero ilusionar, porque todavía no hay nada claro. Son conversaciones que mi representante tiene con esa gente y yo tengo que tener los pies sobre la tierra. No quiero meterme en eso ni decir algo, pero siempre le digo a Sebastián que quiero jugar en un club que sea competitivo, que la prioridad sea subir a Primera lo antes posible. Quiero pelear el campeonato, ser partícipe y subir.
La difícil misión de subir a Primera
Para tomar nota: O´Higgins, Deportes Concepción, Barnechea, Malleco Unido, San Antonio Unido, Melipilla, General Velásquez, Fernández Vial, Colchagua, Independiente de Cauquenes, Deportes Recoleta, Wanderers, Rangers y Deportes Santa Cruz. Todos esos son los equipos que ha defendido Milton Alegre en el fútbol chileno.
Un recorrido respetable y que aún va en vías de consolidación. Si llega a Unión, el desafío evidente será el regreso a Primera, algo que el delantero estuvo muy cerca de conseguir con Caturros y piducanos, en 2023 y 2024, respectivamente.
-Estuviste en Wanderers y en Rangers, dos equipos grandes de la B que siempre el objetivo es ese, ascender...
Justamente. Por eso digo que siempre quiero estar en equipos que tengan ese objetivo. Con Wanderers estuvimos ahí, que perdimos en la final por penales, estuvimos a un pasito. Luego, al año siguiente, en Rangers me toca lo mismo. Íbamos ganando 3-0, estábamos cómodos en el partido, pensábamos que ya estábamos, nos sentíamos en Primera y, por un detalle mínimo, nos meten un gol y nos vamos a los penales. Mala suerte de tener esos dos años seguidos de estar a punto, para quedarme con esa espinita.
-Luego en Santa Cruz. Ahí quizás el objetivo cambia…
Dije que al año siguiente sería la vencida, pero me tocó Santa Cruz, donde no pudimos ser partícipes. Jugué harto, bastantes partidos e hice bastantes goles. En lo personal me fue bien, pero en lo grupal sufrimos demasiado.
-¿La cuarta sería la vencida con Unión? Es un equipo muy poco acostumbrado a la B…
Es muy raro que esté en la B. El objetivo principal es que, por lo menos de local, se saque la mayor cantidad de puntos posibles. Más allá de un gran plantel, hay que aspirar a la unión de equipo. Por ejemplo, en Wanderers o Rangers teníamos buenos nombres para competir en la división, pero la unión era la fundamental. Había grupo, equipo, compañerismo y por eso llegamos a las instancias finales esos dos años seguidos. Es importante que Unión Española arme un plantel competitivo, claro, siempre y cuando baje, porque no se sabe todavía.
Milton Alegre, un enamorado de Chile
-¿Qué te gustó tanto de Chile como para quedarte tan joven y hacer toda tu carrera acá?
Todo. Yo llegué por el fútbol y tuve la suerte de quedarme, de convencer a Jorge Sampaoli en O’Higgins y que al final me dejó. A partir de ahí, fue todo satisfactorio para mí. Yo en Argentina pude haber seguido jugando a la pelota, pero la situación donde yo vivía no era tan buena como la que me encontré acá.
-¿En qué sentido?
Vivía en un barrio no tan bueno. Mis viejos, lo único que me decían era que si yo me sentía tan bien en este país, que la luchara hasta el final. Que si tenía que volver, que volviera, pero ellos creían que acá tendría mejores posibilidades de vida. No tenía una buena situación, somos varios hermanos y por ahí se aliviaba un poco que yo me viniera a probar suerte de este lado.
-¿Problemas económicos?
No tanto en ese sentido, pero en el tema de la tranquilidad. El barrio era malo, yo prácticamente pasaba en la calle y mis viejos vivían asustados. Cuando llegó la posibilidad de venir a Chile, me dijeron que tratara de aguantar y que no volviera. Fue por parte de ellos también que aguanté también acá. Luego me puse de novio muy temprano, a los dos años de estar acá, y todavía estoy con mi señora. Ella es un pilar fundamental para mí, porque siempre estuvo a mi lado. No solo ella, sino también su familia. Formé mi familia, tengo un hijo de 4 años. La verdad, conseguimos radicarnos bien acá, tener nuestra casa. Feliz por esta vida. Toda la vida le estaré agradecido de Chile, porque no sé si habría tenido las mismas posibilidades en Argentina.
-¿Te visita tu familia desde Argentina?
Sí y de hecho tengo un hermano, más chico que yo, que se vino un día de vacaciones y se quedó a trabajar. Ya tiene sus papeles, carnet chileno y está trabajando en Las Cabras, por ahí cerca del Lago Rapel…
-O sea, te encontraste con un país en que se podía vivir más en tranquilidad…
Del ambiente donde yo vivía en Argentina a lo que encontré acá fue radicalmente lo contrario. Llegar a un lugar donde, primero, juego a la pelota, hago lo que más me gusta y estar tranquilo. Al principio, vivía en pensión en O’Higgins, que es un club que trata muy bien a los chicos. Siempre agradecido a la institución. Llego, me hacen un contrato por cinco años y la verdad que hacerlo con un extranjero era arriesgado. Allí, gracias a O’Higgins comencé mi carrera como profesional.
Las enseñanzas de Jorge Sampaoli
-¿Era muy jodido aguantar a Sampaoli?
¡Ja! Medio loco el profe, pero gran persona. También el resto del cuerpo técnico. Cristián Arán, Sebastián Beccacece, Jorge Desio…
-¿Qué es lo que más te dejó Sampaoli?
La pasión por el fútbol y el profesionalismo. Era demasiado fanático y súper detallista. Con pasión y sacrificio se pueden lograr las cosas y él lo demostró, por la carrera que armó.
-¿Cuál es el club que más te marcó y en el que más recuerdos tengas del fútbol chileno?
O’Higgins, de entrada, por como terminó de ser mi infancia. La manera en que forma los jugadores. Yo creo también que Wanderers, porque peleé tanto por llegar a un club de esa magnitud y me marcó. Más que nada por su hinchada, jugar en ese estadio, con esa gente, fue espectacular. Hubiera sido un sueño poder haber logrado el ascenso con esa camiseta, pero lamentablemente no se pudo. Ojalá que pronto vuelva a Primera, porque se lo merece.