Con la llegada del 2026, Javier Parraguez buscará dar vuelta definitivamente la página del último año. El “Búfalo” lo pasó mal en Deportes Iquique, donde terminó sentenciando su segundo descenso consecutivo (el 2024 ya le había pasado con Cobreloa).

No jugó en toda la segunda rueda y poco pudo hacer en cancha para revertir la dramática situación del cuadro nortino, que había comenzado jugando Copa Libertadores, después de un 2024 extraordinario. 14 partidos y 2 goles entre Copa Libertadores, Sudamericana, Campeonato Nacional y Copa Chile fue el balance del artillero de 36 años.

“Profesionalmente siempre me entregué el 100%, pero estaba en un club donde el puesto estaba superpoblado. Había competencia con jugadores que son de la zona, que son queridos y que son conocidos por el cuerpo técnico que estaba (Miguel Ramírez). Después llegó otro cuerpo técnico (Rodrigo Guerrero con Manuel Villalobos) y también pasó lo mismo y no pude entrar nunca", se defiende el atacante, que ya está en libertad de acción y esperando definir su nuevo club.

Javier Parraguez.El "Búfalo" estuvo toda la segunda rueda del 2025 sin jugar en Deportes Iquique.

Una difícil relación con el hincha de Iquique desde el primer día

En diálogo con En Cancha, el también exjugador de Colo Colo, Sport Recife y Coquimbo Unido, entre otros, relata la difícil relación que, además, tuvo con los hinchas iquiqueños.

-Además de lo ya señalado de lo sobrepoblado que estaba su puesto, ¿qué otro factor le afectó en Iquique?

Me lesioné también, tuve un par de meses de para y después me costó bastante. Pero nada, esto es competencia, esto es rendimiento y uno tiene que estar preparado para lo que le toque.

-Poco a poco la relación con la hinchada se fue desgastando también entre los hinchas y el plantel. ¿Jugó un rol para usted esto?

-Es que la de Iquique es una hinchada bien exigente, pero de repente se confunden las cosas y nosotros como jugadores también tenemos que entregarnos al 100% en el tema futbolístico y lo que pase afuera no nos tiene que afectar. Había cosas que eran complicadas, te sacaban de las casillas y ahí es más complicado.

-¿Usted tuvo problemas puntuales con los barristas?

-La hinchada como que sintió un poco el que yo haya llegado, como que no era de su gusto. No sé en realidad si era de su gusto o no.

-Raro, porque más allá de lo futbolístico, usted es un tipo que se fue bien de Colo Colo, de Wanderers, de Coquimbo, hinchadas también muy exigentes.

-En todos los clubes he dejado una huellita. Uno se entrega 100% en la cancha, se mata y así se va ganando el cariño. Después dicen bueno, malo, lindo, feo, etc. Pero si lo dejas todo en la cancha, la gente lo valora y lo agradece también. Uno va conociendo el tipo de gente y la hinchada y lo que quiere es irse bien de los clubes.

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