Deportes Puerto Montt volverá al Campeonato de Ascenso el 2026. Tras obtener el título ante su clásico rival, Provincial Osorno, hoy el Velero cuenta los días para regresar a la Primera B.
Un título en la Segunda División Profesional que tiene nombre y apellido: Jaime Vera. El DT, a sus 62 años, coronó una campaña notable en el Velero, sobre todo tras llegar en 2024 en medio de una compleja crisis económica.
El Pillo respondió al llamado de En Cancha, donde aseguró que aún no conversa con la dirigencia sobre su continuidad. Termina contrato a final del torneo, pero no se cierra a escuchar ofertas.
“Yo soy profesional de esto. Uno tiene de repente ofertas y tiene que escucharlas todas”
El campeonato en Segunda División Profesional, carácter que también critica el Pillo, vino a confirmar sus dotes como entrenador.
Apelando a la emotividad de dirigir en la ciudad en que vive y por la que siente un especial aprecio, el exentrenador de Deportes Iquique vino como bombero tras el descenso del 2023 a Segunda y una dura crisis económica.
- Como ha vivido esta semana luego del título, acaparando portadas y todo este resurgimiento de Puerto Montt
Gracias a Dios fue una victoria importante para todos. No solo para mí, sino para los jugadores, para el club, para la gente y para la ciudad en general. Tomamos este proyecto el año pasado con muchos problemas, hubo gente que colaboró y ayudó para que el club no desapareciera. Y de a poquito fuimos remando hasta que pudimos llegar a las instancias finales, que fue con Osorno y que culminó con la obtención del título para llegar a la Primera B. Todo el mundo quedó muy contento con lo que se realizó.
- ¿Tiene alguna novedad con su continuidad, se ha reunido con el club?
No, ninguna. El campeonato todavía no termina, quedan dos semanas. Por lo tanto, no se ha hablado nada. Hay ganas de ambas partes, me imagino, al menos de mi parte sí hay ganas. Yo vivo en la zona, soy de acá, pero estoy tranquilo porque realicé lo que me gustaba, se cumplieron los objetivos que internamente nos habíamos propuesto sin meter mucha bulla. Eso es lo que a uno lo llena de felicidad, de tranquilidad, de haber hecho las cosas. Esta división es muy compleja, hay un solo premio para todos los equipos. Para el puntero y los demás quedan fuera. Gracias a Dios lo logramos.
- Esa identificación que tiene en Puerto Montt, ¿prima a la hora de que aparezca otro interesado?, ¿piensa en el lado profesional con un proyecto serio que aparezca o también pone en la balanza lo emocional en el Puerto?
No, no, yo soy profesional del fútbol. Yo trabajo donde tenga mejores condiciones. Donde me quieran, porque normalmente cuando a uno lo llaman es porque lo quieren. Y así me sucedió a mí, me llamaron de acá. Yo quise estar. Pero yo soy profesional, así he andado más afuera que aquí; en la zona central, en Santiago, estuve cuatro años en Iquique, estuve en Curicó, la U. de Conce, un pequeño periodo en Antofagasta, en Europa dirigiendo. Yo soy profesional de esto, siempre ha sido igual. Uno tiene de repente ofertas y tiene que escucharlas todas.
- ¿Cómo vivió, personalmente, la Segunda División?, ¿con qué se encontró? Considerando las realidades comparadas con otros equipos y la infraestructura que tiene Puerto Montt, más allá de los problemas económicos que tuvieron. También está instaurado esto de que debe o no llamarse Segunda Profesional. ¿O está lejos de ello?
Yo pienso que profesional es porque a los jugadores les pagan. Por eso se llama profesional, pero no porque tiene las condiciones. Hay estadios que no tienen las condiciones para el futbol profesional. Viajes de por medio largos, los hoteles no son de los mejores, las comodidades para los jugadores no son fáciles, hay problemas de canchas. Un montón de cosas que no deberían pasar si nos llamamos futbol profesional. Pero son las circunstancias, es nuestro país. Tenemos que tratar de hacer las cosas lo mejor posible.
Creo que en Deportes Puerto Montt se hicieron las cosas mejor que en el resto. Y eso significó que pudiéramos ganar este campeonato. Hubo un compromiso de los directivos, también, de tratar de que esto fuera lo más profesional posible. ¿En qué sentido?, que los jugadores tuvieran en las mañanas su desayuno, que tuvieran condiciones para trabajar bien. Todo lo que significa mantener a un jugador de futbol de la mejor forma. Ahí empezamos a ganar fuera de la cancha. Después mejoraron los viajes, porque al principio cuando arrancamos viajábamos mucho en bus. Después se empezó a sacar cuenta que los viajes en avión no eran tan caros, que se podían hacer. Mejoramos un poco la calidad de los hoteles y todo eso sumó. Con el esfuerzo de los directivos de invertir un poco más para que esto pudiera resultar.
- Metiéndonos de nuevo en la cancha, la dificultad que tiene la Segunda y lo que se ve día a día, no es tan sencillo seguir como otras divisiones o hasta ligas. En el equipo, quienes no han visto, ¿cuál es la clave en la cancha y qué idea futbolística primó a la hora de sacar estos resultados?
Al principio me decían que el futbol en la Segunda División no se podía hacer. Que era un futbol más aguerrido, que no se podía jugar al futbol. Y nosotros demostramos todo lo contrario. Demostramos que el equipo podía jugar, se puede demostrar que jugando bien al futbol también se ganan campeonatos. Y lo demostramos durante todo este tiempo.
El año pasado igual hicimos una buena campaña, pero nos faltó un poco más de plantel. Salimos terceros y los dos equipos que tenían mejor plantel llegaron a la final (Deportes Concepción y Deportes Melipilla). Sí, hicimos una muy buena Copa Chile, llegando a la final de la zona sur. Eliminamos a Temuco, Huachipato, después nos encontramos con Ñublense y quedamos eliminados a penales. A partir de ahí, creíamos que reforzando un poco más el equipo íbamos a tener más posibilidades de ser campeón. Y terminamos obteniendo el título.
- ¿Cuál figura destaca en el equipo? Qué joya tiene escondida donde los hinchas debiesen prestar atención la próxima temporada.
Nosotros, acá, hubo jugadores que se mantuvieron durante dos años trabajando de manera silenciosa. Eran jugadores formados acá, como nuestro capitán (Harold Antiñirre). Él ya había tenido algunos partidos y minutos en Primera B hace dos años, porque era más jovencito y cumplía los minutos. Fue un jugador importante en el equipo. Está Daniel Bahamonde, nuestro lateral izquierdo, que le pasó lo mismo, cumplía los minutos. Está Francisco (Calisto) que también jugó en Primera B, jovencito con 21 años. Cumplía con la regla. Teníamos como cuatro o cinco jugadores de esa edad que a pesar de ser chicos tenían experiencia en Primera B.
También teníamos al Tiburón (Luciano) Vásquez, nuestro goleador con 40 años. Imagínate, un jugador de 40 años junto a otros de 21. El equipo era bastante dispar en ese sentido, pero tenía juventud, dinámica, tenía futbol, experiencia, una mezcla de todo.