Joaquín Pereyra, capitán de Santiago Wanderers, reconoce que aún no se cierra la herida de la eliminación en cuartos de final de la Liguilla de Ascenso en manos de Cobreloa. El Decano no era favorito, pero dio pelea y cayó de manera cruel en Calama por penales.

Cierto es también que los porteños mostraron en la llave uno de los grandes problemas de toda la temporada: no supieron administrar las cuatro veces que estuvieron en ventaja, como en tantos partidos de la fase regular, y se despidieron desde los 12 pasos.

Fue el cierre de un nuevo proceso para el uruguayo, que llegó al puerto en junio del 2021, y no ha podido aún sumar alegrías. Descendió el mismo año que arribó en una de las peores campañas en la historia del fútbol chileno; el 2023, los penales ante Iquique, nuevamente le quitaron la dicha de poder celebrar con el equipo de Valparaíso, y ahora, tras un segundo semestre para el olvido con 11 partidos sin ganar, vuelve a sufrir.

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A diferencia de los años anteriores, esta vez el nacido en Montevideo, no sabe si podrá comandar un quinto intento por devolver a Wanderers a Primera. Terminó contrato, y por ahora, no sabe si continuará.

El análisis de Joaquín Pereyra sobre una extraña temporada con Wanderers

- Joaquín, parto por lo obvio. Termina una temporada muy rara, quizás de la forma más amarga que se puede. ¿Cómo se sigue sintiendo caer de la manera que lo hicieron en Calama?

Sí, como decís, una temporada extraña y dolorosa por la forma en que se cerró. Creo que todos nos ilusionamos con el arranque de año, que fue muy bueno en cuanto a resultados, con el tema de la Copa Chile, en el campeonato peleando los puestos de arriba, luego tuvimos un bajón y retomamos en el principio de la segunda etapa.

Lamentablemente, no lo pudimos sostener, no le encontramos la vuelta, creo que fue como de la quinta, sexta fecha en adelante de la segunda vuelta, no le encontramos la vuelta para seguir peleando. Nos tocó entrar a la liguilla últimos, pero nosotros estábamos con la confianza de hacer un buen papel, de llegar hasta el final. Creo que en la llave con Cobreloa lo hicimos de buena manera, se nos escapa nuevamente por detalles, esos mismos que nos costaron muchos puntos durante el campeonato. En la llave fuimos cuatro veces arriba en ventaja y no lo pudimos sostener, después nos fuimos a penales y perder así, duele. Todavía la herida está abierta porque me tocó también perder con Iquique así, por penales, es algo la verdad que duele.

- ¿Cómo se puede explicar lo que le pasó a Wanderers? Incluso en los momentos donde el equipo estaba bien hubo algunos partidos en que se le escapó el partido, tal como en la llave con Cobreloa.

Sí, creo que hubo varios partidos similares: Rangers en Talca, en Santa Cruz, San Felipe, de local nosotros, entonces puntos claves que fuimos perdiendo; también recuerdo Recoleta de visitante que lo teníamos abrochado y nos empatan sobre la hora. Nos costó mucho la concentración, encuentro yo, porque que se te escapen tantos puntos así, no puede pasar. No fue la excepción la llave con Cobreloa, porque como te dije, fuimos cuatro veces arriba y no lo pudimos sostener.

También creo que durante el año nos pesó mucho el tema de las lesiones y las bajas. Nos costaba repetir equipo tres veces seguidas y todo eso va restando. Se nos lesionaron mucho los delanteros, entonces también vas perdiendo confianza. Cuando entras en esa racha negativa de resultados es difícil salir. Todavía pienso y pienso, y hago críticas de qué podríamos haber hecho mejor, pero es difícil en estos momentos.

El volante uruguayo festeja un gol besando el escudo de Wanderers. Foto: Agencia Aton.
Joaquín PereyraEl volante uruguayo festeja un gol besando el escudo de Wanderers. Foto: Agencia Aton.

- Tuvieron dos entrenadores en el año (Héctor Robles y Domingo Sorace) con muy poca experiencia dirigiendo primeros equipos. ¿Les afectó eso?

No. Ellos tuvieron una racha positiva muy buena, después claro, cuando empiezan los resultados negativos, empezamos a buscar la vuelta, a ver en qué estaban fallando, y por supuesto se ataca al entrenador, se empieza a atacar a los referentes del plantel. Pero no creo que haya sido una falta de experiencia de ellos, es algo en conjunto. Cuando la cosa está mal o empiezan los resultados negativos es cuando el club necesita que esté más unido que nunca, ya sean dirigentes, jugadores, cuerpo técnico, todas las patas. Y cuando empiezan a fallar algunas, ahí se desestabiliza un poco, pero no creo que haya sido la falta de experiencia. Los dos tenían un cuerpo técnico muy bueno, que trabajaban muy bien, muy cercano. Se nos escapa todo por un tema de concentración más que nada.

- Mencionaste el tema de las lesiones, por ahí quedó la sensación de que el plantel era muy corto y muchos juveniles tuvieron que asumir roles que no correspondían. ¿Se conformó mal el plantel?

Puede ser. Creo que el campeonato de la B es largo, se juegan muchas cosas importantes todos los equipos. Es muy difícil y necesitas un plantel grande y con jugadores de experiencia.

A los juveniles no es bueno que estén solos, siempre hay que tenerlos bien acompañados, con un buen entorno, para que ellos realmente tengan esa confianza y puedan demostrar todo su potencial y que no sea una carga o que tengan que llevar el equipo al hombro. Puede ser que nos haya costado el tema de las lesiones, que haya sido un factor, pero después la gente que conformará el plantel tendrá que hacer su autocrítica y ver si realmente lo conformaron bien o no, como aprendizaje para lo que viene, porque esto ya pasó y hay que levantar la cabeza y mirar hacia adelante y aprender de lo que se está haciendo mal. Es necesario que el club vuelva a donde pertenece.

- Otro factor negativo parece haber sido la relación con los directivos. Hubo muchos mensajes por la prensa de parte de la familia Sánchez y todo terminó con la polémica con Jorge Paul Gatica. ¿Se distrajeron por esos temas?

El tema de Paul se habló muchísimo, se hablaron muchísimas mentiras también, se inventó una pelea inexistente, pero yo siempre le repito a los muchachos cuando llegaban que llegan a un club hermoso, pero difícil. Cuando estás en un equipo tan grande tenés que saber luchar contra todas esas cosas o cosas que se pueden inventar. Como te decía, el tema de las patas de la mesa, cuando una falla, empiezan a fallar todas las demás, entonces nosotros los jugadores sí hacemos autocrítica, pero todos tienen que hacerla, dirigentes, cuerpo técnico, porque esto fue en conjunto.

Ellos también tienen que hacer autocrítica de los errores, no es solo tirarnos la pelota a nosotros.

- ¿Y eso lo hablaron con los directivos?

Por supuesto. Yo soy de los que piensan que cuando se habla algo internamente no se pone hacia afuera. Yo las cosas que hablaba con los dirigentes o con quien tenga que hablarlo, lo hablo de puertas adentro y listo. Pero sí me molestaba cuando se hablaba hacia afuera o cuando nos querían tirar la pelota hacia nosotros, yo fui siempre muy claro y decía que eso molesta, que no le gusta el plantel, que las cosas se hablan. Lo que quieran decir, que se hablan en la cara y no se ponen hacia afuera. Como en cualquier familia, uno cuando tiene problemas con la familia los arregla adentro y no anda exponiéndola con todo el mundo.

Una larga estadía con más penas que alegrías

Llevas cuatro años y medio en Wanderers. Descendiste, estuviste a punto de ascender en aquella recordada definición con Iquique y ahora cierras una campaña difícil de forma cruel con lo que pasó en Calama. Ha sido duro tu paso en el club.

Ha pasado de todo, de llegar y agarrar esa racha en el 2021 e ilusionarnos de ganar un Clásico (2-1 a Everton en Valparaíso), como lo ganamos hasta descender y perder una final (de la Liguilla de Ascenso el 2023 ante Deportes Iquique) y ahora quedarnos afuera de esta manera.

La verdad, nos ha pasado de todo. No me arrepiento, estoy feliz. Me enamoré de Wanderers, me encanta, me considero un hincha más y siempre le quiero lo mejor para el club. Pero como te decía, es hermoso, pero difícil. Uno lo quiere por cómo es, ¿qué va a ser?

El montevideano llegó a Santiago Wanderers el 2021. Foto: Agencia Aton
Joaquín PereyraEl montevideano llegó a Santiago Wanderers el 2021. Foto: Agencia Aton

- A muchos uruguayos se les da bien Wanderers. ¿Qué hay en común entre el porteño y los charrúas?

La pasión, esa garra, ese esfuerzo que ellos hacen, o que el club tiene como idiosincrasia, creo que los uruguayos nos reflejamos en eso y nos sentimos identificados o también nos hace recordar un poquito lo que es nuestro país. El fútbol allá es muy complicado, muy sufrido, hay que hacer muchos esfuerzos. Entonces, cuando uno llega acá y se encuentra con algo similar o parecido, hablando siempre del tema de esfuerzo, de esas ganas que hay que poner, uno le agarra tanto cariño y se siente identificado, yo creo que va más por ese lado.

- Está la garra charrúa y otros hablan de la garra porteña también de alguna forma, ¿no?

Sí. Bueno, se escucha mucho la “garra porteña”, el “aguante del puerto”, entonces va más por ese lado yo creo.

- Mencionaste el Clásico Porteño, solo te tocó jugar ese partidazo del 2021. Deben quedar ganas de volver a vivirlo.

Sin duda, creo que haberlo disfrutado tan solo una vez es una espina gigante. Deseaba todos los años que nos ha tocado Copa Chile poder cruzarnos. El año pasado estuvimos cerca, pero se nos escapa con Palestino. Es una espinita que queda ahí, ojalá en algún momento poder cruzarnos, somos rivales eternos, pero no somos enemigos. El respeto es total, pero sí, me encantaría jugar y ganarles, eso queda y ojalá que en algún momento se pueda cumplir

- Para que eso suceda hay que seguir en el club. ¿Cuál es tu situación, Joaquín?

Hoy en día estoy sin contrato. Me volví hincha, quiero mucho al club y la prioridad para escuchar va a ser Wanderers; después si ellos tienen otro tipo de proyecto o no hay interés o yo no encajo en el 2026, tendré que tomar otra decisión y abrir los caminos hacia otro lado. En este momento, mi teléfono no ha sonado de parte de Wanderers; de parte de otros equipos sí. Pero la prioridad va a ser Wanderers y después si veo que pasan estas dos semanas y no tengo ningún contacto voy a tener que ver qué hacer de mi vida y para dónde arrancar. Me gustaría quedarme en el fútbol chileno, me quedan seis meses para optar por el cupo de la nacionalidad que también es algo importante y lo quiero hacer, así que yo creo que me voy a quedar por acá.

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