Deportes Concepción vive los días más felices desde su descenso en 2008. El León de Collao, casi dos décadas después, volverá a decir presente en la máxima categoría del fútbol chileno.
Esto, porque el equipo lila venció en la final de la Liguilla de Ascenso a Cobreloa, luego de dar el batacazo en el estadio Zorros del Desierto de Calama, con un doblete del experimentado volante Nelson Sepúlveda.
Tras el regreso el club a la capital de la Octava Región, el héroe de la jornada en el norte conversó con En Cancha, donde se refirió a su temporada vistiendo la camiseta del Conce. Si bien la historia no comenzó de gran manera, puesto que incluso pensó en dejar la institución, el destino le tenía preparado una noche inolvidable.
-¿Cómo se termina gestando tu llegada a Deportes Concepción, considerando que jugarían en Segunda este 2025?
Lo que pasa es que a las personas que me trajeron las conozco de antes. Entonces, la verdad es que tenía muchas ofertas, porque yo en el medio igual soy conocido. Venía de hacer buenas campañas con Cobresal, el año anterior me había lesionado, pero volví de buena forma, volví con asistencias y volví salvando la categoría con Cobresal. Y dentro de todo venía haciendo buenas campañas. Logramos un subcampeonato también con Cobresal, y venía bien, jugando bien, en un buen nivel.
-¿No había problemas de bajar de Primera a Segunda?
Es que la decisión la tenía tomada de venir acá a Concepción, porque yo le había dicho a los dueños que la prioridad la tenía Cobresal, pero lamentablemente no entraba en los planes del club para este año. Y me llegaron un par de ofertas, pero preferí mantener siempre mi palabra y venir acá, sea la división que sea. Entonces creo que fue una buena opción.
-¿Los primeros meses pensaste que era un error fichar por el club?
Sí, es que a lo mejor no se estaba dando de la forma que yo creía al principio, porque me vine solo; mi familia, mi hija, se quedaron en el norte, se quedaron en Ovalle. Entonces igual al principio fue duro, porque no me citaban, no era un jugador constante en el equipo, y llegar a mi casa y estar solo fue un golpe fuerte para mí. No lo había vivido en toda mi carrera.
-¿Hubo posibilidades de salir del club pensando en el segundo semestre?
Claro, había llegado hasta un punto de hablar con los dueños y decirles que no, que no era para mí estar acá; que lamentablemente había puesto todo de mi parte para dar vuelta la situación, pero no se me daba, no entraba en los planes del técnico (Manuel Suárez). Y justo me habían hablado dos equipos que estaban peleando el ascenso, entonces quería ver la opción de ir allá. Y el dueño, que es casi un amigo mío, me decía: ‘No te voy a dejar ir, porque yo sé lo que eres tú como persona, como jugador, sé lo que le puedes entregar al equipo. Así que no, no pienses eso. Sácate de la cabeza esa mala energía, habla con el profe y todo’.
-¿Y hablaste con Manuel Suárez?
Sí, lo hablamos con el profe, le replanteé todas las cosas. Le dije que yo me entrenaba de buena forma, que yo no estaba por sobre mis compañeros, pero que creía que podía estar por lo menos en los citados. Yo no le pedía jugar, pero por lo menos estar en los citados para estar dando mi apoyo desde donde se diera: desde afuera, con una palabra, alguna situación puntual que se pudiera dar en un partido.
Después le logré dar vuelta la mano: empecé a jugar. Lamentablemente a él le pasó el tema con los hinchas y tuvo que salir. Y el Pato (Almendra), después cuando llegó, me dio toda la confianza y se la retribuí porque siempre estuve preparado para que llegara mi momento. Siempre me trabajé para eso.
-Entonces fue buena decisión no irte del club... mira cómo estás ahora
Sí, obviamente (risas). Las cosas pasan por algún motivo. La gente que te conoce confía en tus capacidades. Cuando uno anda con buena energía, las cosas se dan en algún momento. En este caso, el dueño del equipo fue quien más confió en mí, incluso más que el técnico. Me dijo que me quedara, que mi momento iba a llegar... y llegó en el mejor instante: la liguilla.