La violencia en los estadios del fútbol chileno ha estado a la orden del día. Sin ir más lejos, esta misma semana violentos fanáticos de Colo Colo y la UC dieron que hablar en sus duelos de Copa Libertadores, agrediendo sin escrúpulos a los seguidores de River Plate y Flamengo, respectivamente, con repudiables gestos de racismo incluidos.
Hoy, en la Primera B, lamentablemente se vivieron nuevos episodios de violencia, específicamente en el compromiso entre San Felipe y Cobreloa, donde la barra local no dejó de arrojarle proyectiles a Matías Cano, guardameta de los nortinos.
"Un nenito tirándome escupos con 8 años, con su padre al lado, y él se lo admite. Después ese mismo papá le exige buenas notas al hijo", empezó relatando el portero loíno en conversación con TNT Sports.
"Yo que vengo que de Argentina digo que el fútbol chileno se está enfermando. Tenemos que cuidarlo y saber convivir. Si llegamos a perder no es la muerte de nadie. Tenemos que educar para que las nuevas generaciones entiendan que esto es solo un deporte, que no importa si ganas o pierdes. Hay que erradicar la violencia. Pongamos en discusión esto. Yo hoy me equivoqué, empatamos y ya está. Pero hagamos un stop, replanteémonos todo, que no dependa de la violencia si se puede jugar al fútbol o no", reflexionó.
En lo futbolístico -lo único que debiera importar-, el error de Cano le costó los tres puntos a Cobreloa, que de todas maneras sigue en la parte alta de la tabla, ya que están terceros con 20 puntos, a 11 del líder Magallanes, pero con un partido menos.