Con la salida de Brayan Cortés a Peñarol, el nuevo dueño del arco de Colo Colo tiene nombre y apellido: Fernando de Paul. La dirigencia de Blanco y Negro decidió darle un voto de confianza a Tuto y no salir al mercado a buscar otro portero, dejándolo como el N° 1 del Cacique.
Lo curioso es que el argentino nacionalizado ya ocupó ese rol en el otro equipo más popular del fútbol chileno: la U. Entre 2020 y 2021 De Paul tuvo la responsabilidad de cuidar el arco azul, incluso siendo capitán.
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Claro, han habido casos de arqueros con “doble militancia” en los últimos años -como Paulo Garcés y Miguel Pinto- pero ninguno fue el titular indiscutido en ambos clubes, como sí lo será Tuto.
De hecho, para encontrar un antecedente similar, hay que remontarse al siglo pasado y retroceder más de 50 años, cuando en 1973 Adolfo Nef pasó de ser el último arquero del Ballet Azul a cuidar la valla de Colo Colo.
Pero a diferencia del Gringo, De Paul no llegó a ningún club con la chapa de “arquero N° 1″, encontrándose en ambos casos con ese rol casi de rebote, y en circunstancias bastante particulares, lo que torna su caso aún más paradójico.
La sombra de Johnny Herrera en Universidad de Chile
Nacido en Argentina hace 34 años, Fernando de Paul llegó al fútbol chileno en 2010, como un proyecto a futuro de San Luis de Quillota. En los Canarios debutó a los 19 y se convirtió en ídolo -una tribuna del Bicentenario Lucio Fariña lleva su nombre- llamando la atención de los grandes.
El primero que se fijó en él fue la U, que lo fichó a mediados de 2016. El tema es que sería un milagro que jugara algo más que a amistosos, considerando que por esa época el titular era un tal Johnny Herrera.
Pero el Samurái Azul comenzó a bajar su nivel -y a pelearse con la directiva- y poco a poco De Paul, quien jamás hizo ruido en los medios, fue ganando oportunidades reales. Ya en 2019 Hernán Caputto lo empezó a rotar en el arco, lo que terminó empujando la salida del campeón de Copa Sudamericana.
Un escenario que no lo dejó en una posición cómoda. Los hinchas más recalcitrantes seguían pidiendo a Herrera y eran críticos en exceso con De Paul, con el agravante que el equipo pasaba por su peor momento futbolístico en décadas, hasta peleando el descenso.
Inolvidable es lo ocurrido en marzo de 2020, cuando Johnny volvió al Estadio Nacional defendiendo a Everton, y la galería sur se llenó de homenajes al ídolo... ante la mirada en vivo de su reemplazante.

Si bien nunca se reconoció públicamente, tras mantener la categoría de forma casi milagrosa en 2021 de Paul se fue sin nunca convencer a la hinchada, que ya veía en Cristóbal Campos a un proyecto formado que estaba listo para ser su nuevo arquero (y del mismo Herrera, en su nuevo rol de comentarista televisivo).
De “reserva de calidad” a titular indiscutido en Colo Colo
De Paul se mudaría a Viña del Mar, reverdeciendo laureles en Everton al punto de sumar su segunda (y por ahora última) nominación a la Selección Chilena.
Por eso, y pese a sus antecedentes en el archirrival, Colo Colo decidió dar el golpe al mercado y ficharlo, menos de doce meses después de salir de la U. Otra vez, eso sí, la portería parecía tener un dueño indiscutido, Brayan Cortés.
Si llegó al Monumental, de hecho, era porque Gustavo Quinteros quería tener un reserva de calidad (Omar Carabalí no lo convencía) y de paso alguien que le metiera presión al Indio, a esa altura el titular también de La Roja como el recambio de Claudio Bravo.

Pero, otra vez, el destino le jugó a favor a Tuto. Cortés bajó su nivel y si con Quinteros empezó a sumar minutos, con Jorge Almirón ya se hablaba definitivamente de una rotación durante la temporada pasada.
Una realidad que empezó a incomodar al iquiqueño, que estuvo a punto de marcharse a Boca Juniors a comienzos de año, y ahora hizo lo posible por marcharse a Uruguay, dejando una vez más a Fernando de Paul al mando de uno de los arcos más “pesados” del fútbol chileno... aunque no fuera el plan original.