
Con el triunfo sobre Huachipato en la fecha 24 del Campeonato Nacional de Primera División, Unión Española, por fin, pudo salir de la zona de descenso. A la espera de lo que haga Deportes Limache, es cierto, pero hacía mucho que los Hispanos no sentían ese respiro, al menos momentáneo.
La batalla final será encomiada por no descender y, en ella, los Hispanos se la jugarán toda en los seis partidos que le restan por disputar en el torneo.
Pero Unión ha enfrentado problemas esta temporada y más allá de los deportivos. Uno de los principales inconvenientes ha estado en el Estadio Santa Laura que suma y sigue con sus trabas, las que impiden que se utilice con regularidad.
Las luminarias: la pesadilla constante de Santa Laura
Unión Española solo puede jugar con luz natural en su estadio. Este año se anunció que, por fin, se cambiaban las obsoletas luminarias del Santa Laura, un sueño para los hinchas rojos (y para los reporteros gráficos que cubren el fútbol chileno).

Pero, hasta el momento, no se ven avances. Los cuatro costados del estadio no tienen nuevos focos y eso se debe, según informa lahoradekingkong.cl, a que el club no cuenta con permisos para construir.
Los trabajos se encuentran paralizados hace dos semanas. Para intervenir el estadio, los Hispanos deben solicitar permisos especiales, ya que se enmarcan dentro de una Zona Típica. Ese salvoconducto al Concejo de Monumentos no ha sido solicitado.
Por otra parte, es la Corporación Unión Española la que es dueña del recinto y tampoco se le ha pedido autorización para esos trabajos. Al final, por esos dos motivos, todavía no hay avances.
De los seis partidos que les restan a los rojos, dos serán en calidad de local: Colo Colo y O’Higgins; como va la cosa hasta estos momentos, serán programados en horario de la tarde.

Otro problema de Santa Laura
Según la publicación, Unión Española enfrenta otros inconvenientes con su estadio. Hace algunos meses, se inauguró el Restaurante Catedral, el cual ofrecía la posibilidad de consumir alimentos con vistas a la cancha.
Un chiche de Santa Laura, que incluso fue muy bien evaluado por influencers que lo visitaron. Por no contar con la patente necesaria, el lugar fue clausurado.