
Trabajando en silencio y clasificados a Copa Sudamericana, Cobresal ya se arma para el 2026. Y un paso importante que dieron fue la renovación del arquero Jorge Pinos.
De 36 años y de basta trayectoria, el portero ecuatoriano fue de los nombres importantes del plantel de Gustavo Huerta, jugando 25 de 30 partidos posibles.
Un destino poco común como El Salvador para el guardameta, con pasos por Barcelona de Guayaquil e Independiente del Valle, entre otros, y que hoy vive feliz y en familia en uno de los escenarios más recónditos del fútbol chileno.
Pinos, en diálogo en exclusiva con En Cancha, se muestra feliz por haber renovado hasta 2026 con el equipo:
“Espero hacerlo de la mejor manera este año que viene, este 2026, mucho mejor que el 2025. Ahora no vamos a buscar con el club solamente ir a Copa Sudamericana, sino un título y Copa Libertadores“, proyecta con entusiasmo el jugador.
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- ¿Cómo se dio la conversación para llegar a Cobresal y qué conocías del equipo?, ¿con qué te encontraste al llegar a El Salvador?
Al club lo había escuchado antes porque se habían enfrentado a Barcelona de Guayaquil, equipo de mi país. Hicieron buenos partidos con ellos y los fui siguiendo.
Tenía más conocimiento de Cobreloa, porque se habían enfrentado también al Barcelona hace años y soy hincha, entonces sigo los partidos. Pero cuando me nombraron Cobresal, me llamó mucho la atención.
Comencé a buscar en Google la ciudad y me interesó. A pesar de que es una ciudad lejos de todo, me gusta la tranquilidad que le dan a los jugadores, la paz, que es lo que uno consigue para poderse enfocar. No hay distracciones ni nada, y eso ha sido fundamental para los futbolistas que hemos llegado.
- ¿Te gusta eso de vivir más alejado de la ciudad, esa tranquilidad por sobre el bullicio, las luces, todo lo que se vive en un lugar más grande?
De todo un poquito me gusta. Pero me acostumbro muy rápido a la ciudad donde me toque jugar, donde me contraten. Hoy en día estoy en El Salvador y me acostumbré súper rápido al ambiente. Y eso creo que también es fundamental en lo personal, para seguir mejorando mi rendimiento.
- ¿Cuál fue tu primera impresión?, ¿qué pensaste cuando llegaste a Cobresal?
Lo primero que pensé fue en triunfar. Fue lo primero que se me vino a la cabeza, tengo que dar lo mejor de mí. Estoy lejos de mi país, en medio de la nada y bueno, así ha sido.
Cuando llegué la hinchada me recibió muy bien, me sentí como en casa y eso me ayudó para tranquilizarme un poco, a pesar de estar lejos de todo.

- ¿Cómo es el día a día con el hincha? Porque en una ciudad como El Salvador me imagino que muchos se conocen, no es tan sencillo pasar desapercibido ahí entre la gente.
Con el hincha de Cobresal vivimos el día a día con ellos, todo el mundo se conoce en El Salvador. No hay nadie que diga “no, no lo conozco”.
Tienen mucho más contacto con los jugadores que en una ciudad grande, que los puedes ver de vez en cuando en un centro comercial, en un supermercado. Aquí es siempre, tienes contacto, compartes con ellos y eso fortalece a la hinchada, a la institución, al tener a los jugadores cerca.
Y jugar en El Cobre, ¿también es distinto? Porque no es lo mismo jugar ante 10 mil, 20 mil personas, que el poco público que tienen en El Salvador.
Sí, se nota mucho la diferencia de un estadio que tiene mucha hinchada, a la de nosotros. A pesar de que nuestra fanaticada es poca, siempre están ahí alentándonos al máximo, y eso es un aliento para nosotros.
Sabemos que donde vayamos a jugar siempre están ahí y nosotros tenemos que salir a dar lo nuestro para que se sientan agradecidos con nuestro trabajo y viceversa.
- ¿Y cómo trabajas el tema de la motivación?, ¿sientes diferencias entre jugar en El Cobre a cuando vas a otro estadio con mucho más público?
La motivación ya por sí la tengo. Estoy haciendo lo que más me gusta, que es mi profesión, y si alguien no se motiva por eso, creo que no es lo que esa persona busca.
En lo personal, siempre estoy motivado, tanto para entrenar como para jugar y dar lo mejor de mí. Y de ahí claro, la hinchada es un plus. Pero la motivación de por sí ya uno la debe tener en su sangre, la adrenalina, todo eso que es fundamental para cada jugador.
Y en todos tus años jugando en Ecuador, ¿te tocó estar en un escenario similar?, ¿pasar por una ciudad parecida?
¿Una ciudad parecida a El Salvador? No, ninguna. Es única. Muy linda también por la gente. Es una ciudad donde se encuentran muchos factores que dan tranquilidad, motivación y seguir adelante.
- ¿Y qué les has contado sobre El Salvador a tus excompañeros, a tus amigos en Ecuador?
Les digo que es una ciudad súper tranquila para lo que estamos acostumbrados a vivir. Una ciudad donde no encuentras nada, solamente tenemos un supermercado, pero tienes tranquilidad, te queda cerca todo.
Es un lugar donde la hinchada te aprecia muchísimo y eso te ayuda a valorar dónde estás.
- ¿Y cómo es tu día a día viviendo en El Salvador, fuiste con tu familia?
Sí, estoy con mi familia. Son una pieza fundamental. El aliento, cuando a veces uno no tiene fuerza o llega cansado, un abrazo, unas palabras, es fundamental para el jugador.
- ¿Y qué te dicen de la ciudad, cómo fue para ellos este cambio?
Para nosotros es una ciudad súper tranquila. Sobre todo para lo que vivimos hoy en día en Ecuador. No estamos acostumbrados a vivir con esa tranquilidad, pero nos gusta, porque en mi país, lastimosamente, hay mucha delincuencia, mucho sicariato.
Llegamos a El Salvador y vivimos todo lo contrario de lo que nosotros vivimos acá en Ecuador. Y eso creo que también es esencial para la tranquilidad mía y de mi familia.

- ¿Te proyectas para seguir viviendo en Chile, en El Salvador? No solo por un tema futbolístico, sino también por lo familiar.
Me gustaría quedarme mucho tiempo en Chile. Me han abierto las puertas hoy en día Cobresal. Pero si se me abre para ir a otro club o para quedarme en Chile, encantado de la vida.
Voy a ser agradecido con el país. Y me quedaría para seguir triunfando en el fútbol chileno.
- ¿Y te has sentido cómodo en el fútbol chileno, viajando por todo el país donde el clima es muy distinto, en especial si vives en El salvador?
Ya estoy acostumbrado al ambiente, al cambio de clima, porque en Ecuador también jugamos así... Nosotros le decimos altura y llano, o costa y sierra.
Es una liga muy competitiva, muy buena en todos los aspectos. Creo que tiene muchísima más organización que la liga del fútbol ecuatoriano. Con pequeños detalles que siempre hay que ajustar para seguir perfeccionando, la liga va a seguir mejorando.
- ¿Te ha ocurrido algo con el hincha que te haya marcado? Algo que no están acostumbrados a vivir los futbolistas en ciudades grandes.
Hay algo que me marcó el primer, segundo día que llegué. Fui al supermercado y una señora se me acercó y me dijo:
“Bienvenido a El Salvador, bienvenido a Cobresal. Usted va a ser grande, va a tener buena campaña y esperemos que se quede muchos años acá en el fútbol chileno. No le digo aquí, porque su trabajo va a hablar por sí solo y no se va a quedar aquí, lastimosamente para nosotros. Lo vamos a ver después enfrentándonos”.
Esperemos que pueda cumplirle. Ya voy para el segundo año en Cobresal, pero espero poder cumplir un salto más grande en Chile.







