Manos a la obra continúan en Universidad Católica con su Claro Arena. Los Cruzados trabajan a toda máquina en la instalación de la cancha -se prevé que esté lista la próxima semana-, mientras entrelazan los dedos esperando algo de suerte, porque en paralelo avanzan algunos trámites burocráticos que no dependen únicamente del club.
En la UC esperan recibir el visto bueno de la Dirección de Obras Municipales (DOM) de Las Condes y también el pulgar para arriba de la Delegación Presidencial de la Región Metropolitana, para así estrenarse sin problemas ante Coquimbo Unido el 27 de julio. Sin embargo, para que eso ocurra, tiene que tener todo en regla 10 días antes.
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Sucede que, de acuerdo al instructivo de acreditaciones de la ANFP 2025, a la Gerencia de Comunicaciones del ente rector del fútbol chileno se le debe comunicar con ese tiempo de antelación que se ocupará un determinado estadio.

Estos 10 días de antelación no solo sirven para inscribir el nombre del recinto deportivo a utilizarse, sino que también para ocuparse con tiempo de la logística que supone la organización de un partido de fútbol en nuestro país, sobre todo en materia de seguridad, donde están involucrados tanto entes privados como la fuerza pública, como Carabineros, por ejemplo.
Dicho esto, si en San Carlos de Apoquindo pretenden ser locales ante Coquimbo el próximo 27 de julio, deberá tener todo listo el 17, por lo que el margen se achica.
El Plan B de la UC para la inauguración del Claro Arena
Si por esas cosas de la mala suerte la Universidad Católica no consiguiera todos los permisos a tiempo, la fiesta cruzada se aplazaría para el 10 de agosto, cuando el equipo de Daniel Garnero sea anfitrión de Ñublense.