Con un dulce sabor en la boca terminó el hincha de la Universidad Católica esta temporada. Es cierto, ni siquiera estuvo cerca de pelearle el título al sorprendente Coquimbo Unido, pero el equipo de Daniel Garnero se las arregló para rematar en segundo lugar y, por consecuencia, clasificar directamente a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026.

Pero el ítem deportivo no es el único que sacó sonrisas en San Carlos de Apoquindo. La inauguración del Claro Arena metió de lleno a la UC en una nueva realidad: la de jugar sus partidos de local virtualmente a estadio lleno.

Y es que los siete encuentros que alcanzaron a disputar los Cruzados en su remozada casa ayudaron para que el equipo mejorara su promedio en condición de dueño de casa.

Según el sitio estadístico Transfermarkt, la UC se despide de este 2025 con un promedio de 17.540 personas cada vez que le toca recibir a sus rivales en San Carlos de Apoquindo.

Claro ArenaEl estadio de la UC. Foto: Agencia Aton.

Católica y una localía que se hace sentir

Esta cifra hace que en Las Condes saquen pecho, sobre todo si se compara con la realidad de otros grandes de la región.

Por ejemplo, el popular Vasco da Gama llevó en Brasil un promedio de 17.891 hinchas cada vez que fue local, es decir, apenas poco más de 300 fanáticos más que la UC.

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Quien quedó debajo de los Cruzados fue Peñarol, considerado un gigante en Uruguay y Sudamérica. El Manya se acostumbró a jugar con 17.258 personas en el Campeón del Siglo (capacidad para 40 mil), o sea, menos que lo que promedió Católica esta temporada.

Ahora, el desafío del conjunto precordillerano es mantener aquel promedio en 2026 e, incluso, superarlo, algo que no parece descabellado, pues el equipo de Daniel Garnero tendrá, al menos, tres partidos como local en la Copa Libertadores que se avecina, que prometen jugarse a casa llena -poco más de 20 mil asistentes-.

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