Universidad Católica es, sin lugar a dudas, el grande del fútbol chileno que más activo ha estado en el mercado de fichajes. En la precordillera ya tienen listos a Matías Palavecino, Justo Giani, Jimmy Martínez y Bernardo Cerezo, y la grúa sigue moviéndose.
El cuadro de Daniel Garnero continúa buscando un nuevo extremo, ya que la situación de Eduard Bello se complica: el Barcelona de Guayaquil quiere que la UC le compre el pase, pero las arcas en Las Condes hoy no dan para eso. Por lo mismo, ya se están viendo alternativas.
Una de ellas es la de Teodoro Arce, atacante paraguayo que bien conoce el técnico cruzado, pues coincidió con él en su exitoso paso por Olimpia. Eso sí, hay un asterisco grande al lado de su nombre: un episodio de indisciplina que fue bastante bullado en tierras guaraníes hace algunos años, el que seguro Católica pondrá en la balanza a la hora de una eventual contratación.
Teo Arce y la “borrachera” que lo apartó de su equipo
Año 2023 y Arce defendía los colores de General Caballero en Paraguay -el mismo club por el que jugó este 2025-. Allí, sorprendió cuando, ya iniciado el campeonato, el extremo se fue repentinamente a las filas del equipo de Reserva. ¿La razón?
Lee tambiénLa nueva realidad de la UC: sus partidos de local parten con más de 17 mil personas en las tribunasDe manera poca ortodoxa, Julio Aldama, presidente de la institución, salió a ventilar todo sin pelos en la lengua. “Por indisciplina, por borrachera... Por eso el cuerpo técnico lo mandó a la Reserva. Le faltó el respeto a todos, a los dirigentes y al club”, dijo en Versus Radio Universo 970 AM.
“El chico se cree dueño del club. Hoy está separado por indisciplina, su representante le llenó la cabeza de que lo va a llevar a México. Hasta junio tenemos contrato con el jugador y este personaje (su representante, Lucas Domenech) dice que tenemos que rescindirle. Nosotros vamos a cumplir el contrato al pie de la letra”, añadió ofuscado.
La actitud de Arce en ese entonces indignó por completo a Aldama, quien aseguró haberlo tratado mejor que sus propios hijos. “Era un mimado en el club, vino gordito y yo había puesto la cara por él”, cerró.
