Es julio de 1968, y aunque todavía plenamente vigente, en el medio ya se comenta que la época dorada de la U, conocida como el Ballet Azul, se está acercando a su fin. Y se venía una enorme prueba: por la fecha N° 13 del Torneo Metropolitano ante Colo Colo en el Estadio Nacional. Aunque la rivalidad recién comenzaba a adquirir ribetes de Superclásico, los albos llegaban en ascenso con un gran equipo: pese a no contar por lesión con un joven delantero en ascenso llamado Carlos Caszely, de todas formas tenían a estrellas como Chamaco Valdés, Humberto "Chita" Cruz y Elson Beirut, entre otros. Parecía el día donde la U, el campeón nacional vigente pero con una base que ya empezaba a acumular años, podría ceder su corona. Y el ambiente en el coloso de Ñuñoa así lo demostraba ese día domingo, con una asistencia que hoy en día parece inimaginable: 69.300 personas controladas. Juan Gangas y Víctor Zelada adelantaron a Colo Colo en el primer tiempo, pero la U logró empatar antes del descanso, con tantos de Rubén Marcos y Pedro Araya. A los 15 del segundo los albos volvían a tomar una ventaja que ahora sí parecía definitiva ante un rival desgastado, hasta que el mismo Marcos se puso al equipo sobre sus hombros y, en sólo tres minutos, marcó dos veces para dar vuelta el marcador y decretar uno de los triunfos azules más memorables de su historia contra el tradicional rival. Y un día inolvidable también para "El Siete Pulmones", el único de la base histórica del Ballet Azul que por entonces estaba en el peak de su rendimiento, un año después de integrar el equipo ideal de la Copa América 1967. Marcos se consagró como ídolo de la U, como todos los referentes azules: contra Colo Colo y a estadio lleno.