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Un Polaco azul de corazón: La eterna historia de Rodrigo Goldberg en la U

El ex delantero y ahora dirigente cumple hoy 49 años. Una vida que de forma directa o indirecta ha estado siempre ligada a la U, desde la infancia hasta mucho después del retiro.

Rodrigo Goldberg

ha dicho que desde niño, creciendo en Villa Los Oriones en la comuna de Cerrillos, quería ser futbolista. Pero, más específicamente, quería ser un futbolista de la U.

El Polaco nació un día como hoy hace 49 años, el 9 de agosto de 1971.

Eran los últimos momentos del Ballet Azul y el comienzo del período más oscuro del club, que incluyó su primer y único descenso y el fin de 25 años de sequía con el ya legendario título de 1994. Tal vez los dos momentos más diferentes entre ambos en la historia del club, y en los cuáles él tuvo participación, remarcando su conexión con el equipo de toda su vida. Pero en el cual no jugó tanto como se puede creer y que, a diferencia de otros referentes, nunca regresó como jugador.

Su retorno fue diferente, ya retirado, como director, el puesto que cumple en la actualidad. "No imaginé que volvería así, a mi casa", reconoció en abril del pasado, tras su nombramiento

.

De promesa a figura

Goldberg tenía 11 años cuando estaba jugando por su colegio, el Instituto Alonso de Ercilla, y Hernán Carrasco y Roberto Hodge lo divisaron y lo invitaron a probarse en la U

. Justo el día de su prueba había muerto el Zorro Álamos, por lo que tuvo que volver después, pero lo dejaron. Eran años difícil en el club y mientras avanzaba en las series inferiores el equipo se acercaba al descenso. De hecho, su debut en el profesional fue en 1990, el año después de volver a Primera. Era parte de una camada interesante, junto al Huevo Valencia, Marcelo Jara y Mauricio Illesca, entre otros, pero cuando en 1992 llegó Arturo Salah, lo enviaron a préstamo a Wanderers.

Fue en Valparaíso donde se fogueó hasta que en 1994 el DT y el club decidieron que ya estaba listo

. Claro que su regreso coincidió justo con la explosión de un tal Marcelo Salas, quien pese a ser tres años menor rápidamente lo relegó a la suplencia. No importaba y ese rápido y flaco jugador al que los hinchas ya le decían Polaco colaboró con lo que pudo en la histórica copa de los 25 años, jugando 7 partidos y anotando 2 goles. En el bicampeonato del año siguiente su aporte fue aún mayor, y al final terminó quitándole el puesto de titular a Juan Carlos Ibáñez como compañero del Matador en el ataque; de los 6 tantos que hizo esa campaña, ninguno más importante y recordado que la apertura de la cuenta en el segundo Superclásico contra Colo Colo, un triunfo 2 a 0 clave en el título.

En 1995, hizo el primer gol en un triunfo clave sobre Colo Colo.[/caption]

Para 1996, con Miguel Ángel Russo en la banca en lugar de Jorge Socías, ya era titular insustituible

en el equipo que llegó a semis de la Libertadores. Un gol suyo a Corinthians en la fase de grupos fue vital y, en julio, hizo el único tanto en otra victoria sobre los albos.

Del rechazo al retorno

Cuando a mediados de 1997 la dirigencia le ofreció renovar, por un sueldo mucho menor al que él esperaba, Goldberg dice que entendió que ya había cumplido un ciclo

. Ya tenía 27 años, había sido nominado a la selección y era buena oportunidad de emigrar. Se fue al Maccabi Haifa de Israel, un destino por entonces insólito para un jugador chileno. Tal vez nunca adivinaría que jamás volvería a vestir de azul. Todo lo contrario,

para tratar de ganarse un lugar en el plantel para Francia 98 fichó a préstamo por la UC, un paso muy resistido por los hinchas cruzados. Para peor, no sólo se quedó afuera del Mundial y sufrió la peor lesión de su vida

, una rotura del ligamento cruzado anterior de la pierna derecha. Volvió a Israel y cumplió todo su contrato.

En 2004 ya era tiempo de volver a casa, pero el Doctor Orozco le dijo que en la U no había espacio para jugadores "jubilados". No importaba que, en tiempos de la quiebra, incluso ofreciera jugar gratis.

Y como sentía que aún le quedaba algo, se terminó retirando tras dos temporadas, a mediados de 2006. Pero como pocos futbolistas tras colgar los botines, el Polaco decidió especializado para seguir ligado a la actividad. Estudió Ingeniería Civil Industrial en la San Sebastián y como le gustaban los medios, aceptó de inmediato la oferta del CDF para ser comentarista. Otros canales, diarios y radios le siguieron y, si bien nunca renegó de su pasado azul y su cariño por la U, se le reconocía su imparcialidad y claridad de conceptos. De hecho, era siempre uno de los habituales en los clásicos partidos de "viejas glorias" y después participó en la fundación de la Corporación Más Allá del Horizonte en marzo de 2016, agrupación que reunía a más de 100 ex jugadores de la U y que, en un hecho inédito, tendría voz dentro de las decisiones en Azul Azul.

"Queremos ser un bastión espiritual de Universidad de Chile, porque de forma muy humilde, creemos que nosotros estamos unidos porque amamos a la ‘U’ con todo nuestro corazón"

, reconocía entonces. Por eso, por ejemplo, aunque le iba muy bien en los medios, no lo pensó mucho cuando Carlos Heller lo citó para ser miembro de la concesionaria, con un lugar en la mesa del directorio.

Como director, fue clave en la llegada de Hernán Caputto en la banca[/caption]

Hoy Goldberg es en los papeles el director deportivo del club, junto con Sergio Vargas, tomando la mayoría de las decisiones futbolísticas

. O, al menos, teniendo una opinión importante, como en la contratación de Hernán Caputto o en la llegada de Walter Montillo. El Polaco cumple hoy 49 años. Y aunque tuvo menos de tres temporadas como titular en el primer equipo de la U, de una forma u otra ha pasado casi toda su vida desde niño ligado al equipo azul... aunque a veces haya sido a la distancia.

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