Se jugaban los cuartos de final de la Copa Libertadores 2012. La Universidad de Chile de Jorge Sampaoli deslumbraba en toda América y se perfilaba como uno de los principales candidatos a levantar el máximo certamen continental. Sin embargo, al frente aparecía Libertad de Paraguay con una descollante figura: Luciano Civelli.
La llave terminó de forma agónica con una clasificación a semifinales vía lanzamientos penales a favor de los azules. Pero la figura de Civelli se transformó en una obsesión para el entrenador oriundo de Casilda, y tres meses después del enfrentamiento, el argentino llegó a los azules por una cifra cercana a los 2 millones de dólares.
El jugador estuvo dos años en la escuadra universitaria, donde solo disputó 32 partidos en un periodo que estuvo marcado por las lesiones, aunque el trasandino aportó la nada despreciable cifra de cinco goles en su periodo vestido con la camiseta universitaria.
Las lesiones nunca dejaron tranquilo al argentino, y no obtuvo con ningún entrenador la regularidad esperada, sobre todo, tomando en cuenta su alto costo. Una de sus apariciones más recordadas fue frente a Lanús por Copa Sudamericana, ya que una expulsión lo dejó jugando como arquero los últimos minutos del partido copero.
En 2014 llegó a Banfield, club donde se formó, y fue formado como lateral izquierdo. La situación no mejoró, y solo disputó, paradójicamente, la misma cantidad de partidos que en los azules, 32. Las lesiones persistieron, y el jugador optó por renunciar a su carrera profesional y retirarse del fútbol en el año 2017, cuando solo tenía 31 años.
Su vida después del fútbol
Tras el retiro el jugador optó por una decisión drástica, viajar a Australia a "mochilear". El jugador contó a AS en el año 2019 detalles sobre su viaje: "Fue una experiencia hermosa, terminé trabajando de jardinero levantándome a las cinco de la mañana y lo hice sin problema. Con un brasileño trabajábamos en jardinería para un australiano y los fines de semana para hacer un poco de actividad física repartía comida en bicicleta", contó.
"Necesitaba desconectarme, irme lejos, estaba saturado del fútbol. En mi última lesión sentí alivio. Enojo por la situación pero yo sentía a la vez que me estaba sacando una mochila de encima, de que ya estaba. No quería más. La decisión estaba tomada y mi hermano vuelve de Europa para jugar conmigo pero no pudo ser, el retiro ya estaba decidido. Sabía lo que me hacía bien y lo que no", agregó.
Sin embargo, el jugador volvió a la actividad, ya que hace unos meses anunció junto a su hermano, Renato, que también fue profesional, su retorno al Club Atlético Estudiantes Unidos de Pehuajó, que disputa una liga del interior del país trasandino, y es la entidad donde el exjugador de la Universidad de Chile dio sus primeros pasos en el fútbol.