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El nuevo estadio de la U: casi un siglo de frustraciones para el hincha azul

Los intentos de construir un recinto donde el cuadro universitario juegue como local son de larga data y han surgido a lo largo de varias décadas de la vida republicana de Chile.

"Ahora sí que sí la U tendrá estadio"... Una frase que con el tiempo se ha vuelto clásica, usada y reutilizada por dirigentes a la hora de ganarse el aprecio del hincha azul; un anhelo eterno de todos y cada uno de los aficionados al club, viejos y jóvenes, pero que por mil y un motivos nunca ha podido concretarse.

La idea de construir un recinto propio para que Universidad de Chile juegue en calidad de local es algo que viene gestándose hace casi un siglo, primero bajo el alero de la casa de estudios, luego por vía de las aspiraciones y sueños de gloria de la Corfuch, para terminar en la época actual, con distintos anuncios de parte de Azul Azul.

Para encontrar los primeros intentos para que la U tenga su propio estadio hay que viajar varias décadas al pasado, incluso cuando el elenco azul no disputaba el Campeonato Nacional de Primera División. Sí, los azules ni siquiera debutaban en el fútbol rentado y ya se pensaba en un estadio, o un complejo si se quiere. Hubo intentos en 1928 para crear un enclave deportivo, en conjunto al desaparecido equipo de Santiago Bádmington, pero la primera intentona concreta llegó una década más tarde.

Universidad de Chile jugó su primer torneo de Primera en 1938, cinco años después del inicio del profesionalismo, y el primer proyecto para un espacio propio para la práctica deportiva surgió un año antes. En 1937, en una idea surgida en la universidad, se presentó un proyecto para construir un complejo en la Quinta Normal. La iniciativa se repitió en 1942, con un complejo que incluía canchas de fútbol, tenis y una piscina olímpica. No pasó nada. En ese entonces, la U era un club netamente universitario, muy lejos del arrastre y popularidad que hoy tiene en el espectro futbolístico nacional.

El Estadio Monumental y el recordado fiasco del Estadio Mecano

Con el correr de las décadas, aparecieron otros proyectos de estadio para la U. Los azules crecían en grandeza, se constituían como un equipo que salía del ámbito meramente académico, para forjar identidad en otros sectores de la sociedad, no necesariamente vinculados con la casa de estudios.

En 1948 se habló de un Estadio Monumental, que sería construido en unos terrenos en el ex fundo La Castrina, que hoy corresponden a la comuna de La Granja (paradójicamente, uno de los sectores pensados por Azul Azul para construir allí su estadio). Tampoco pasó nada. La U había sido campeona de Chile en 1940, pero de allí no volvió a brillar hasta la gloriosa década del sesenta, aunque su segundo titulo nacional fue en 1959, en los albores del "Ballet Azul".

También estuvo la posibilidad de que el estadio que Chile construiría para los Juegos Panamericanos de Santiago 1975 quedara, luego de la fiesta polideportiva, en manos de la U. "El estadio albergará a 60 mil personas y, luego de los Juegos, podrán acceder a él los clubes Universidad de Chile o Palestino", dijo en la oportunidad el presidente Salvador Allende.

El recinto estaría enclavado en lo que hoy es el Parque Araucano en Las Condes. Llegó el Golpe de Estado en 1973 y los Juegos cambiaron de sede y terminaron disputándose en la Ciudad de México...

Proyectos más, proyectos menos, llegó la década de los 80, con uno de los más grandes fiascos en los anhelos de un estadio para la U. En 1981, la recién asumida Corfuch anunciaba la compra de un revolucionario "estadio mecano" en Brasil. Un recinto modular que, de construirse, podría albergar perfectamente a 25 mil espectadores. En su momento, hasta tuvo nombre: la Caldera Azul... El club no encontró un terreno para construirlo, los fierros para el estadio nunca pudieron salir de Iquique, la zona aduanera por donde debían entrar a Chile, y todo terminó en toneladas y toneladas de material oxidado que una década después la Corporación vendió como chatarra en 30 millones de pesos.

La Ciudad Azul: el sueño del doctor Orozco

La escuadra universitaria concretó su época más oscura con el descenso a Segunda División (hoy Primera B) en 1988. Y el retorno a la serie de honor, pese a materializarse al año siguiente, no fue sencillo, pues tanto en 1990 como en 1991 la U tuvo que aferrarse con dientes y uñas a la Primera División. En el 91, incluso, se salvó apenas luego de la liguilla de promoción que jugó con Everton, Soínca Bata y Deportes Puerto Montt.

Pero en 1992 todo cambió, con la llegada a la presidencia de la Corfuch de René Orozco. El nefrólogo, hincha acérrimo del club, además, revolucionó los estándares del momento con el concepto "La Nueva U". Llegaron refuerzos, como Sergio Vargas, Rogelio Delgado, Juan Carlos Ibáñez o Cristian Romero, un nuevo DT (Arturo Salah) y, también, un anuncio de estadio.

La idea era que la U no volviera a pasar las pellejerías de antaño y que fuera un real contendor por el título. Dos años después, los azules terminarían con la sequía de 25 años sin ser campeones, al coronarse en 1994 como monarcas de Primera División.

Respecto del estadio, eso sí, no pasó nada. Orozco inauguró en el sector de El Noviciado (Lampa) la "Ciudad Azul". Estuvieron en la ceremonia de la presentación el plantel profesional y también integrantes de Los de Abajo, acogidos por el presidente como miembros ilustres del club y que se lanzaron con ropa a la piscina del lugar para festejar que, por fin, los azules tendrían estadio...Nada, los terrenos no eran aptos para la construcción y al final, el sitio fue rematado en la quiebra del club en 2006, incluido el burro Luis Miguel, que se transformó en leyenda como protagonista de una teleserie y, también, como rostro de un nuevo fracaso en la aspiración azul de construir un estadio. El asno falleció de viejo en 2012...

El sueño que revive Azul Azul

Hasta que llegamos al hoy, en que Azul Azul dice, una vez más, que el sueño del estadio propio está muy bien encaminado. No es la primera vez, eso sí, que la concesionaria apunta así de alto. Desde su llegada a la regencia de la U, la SADP ha anunciado, en distintos contextos y situaciones que la U construiría estadios en La Pintana, La Cisterna, La Granja, Pudahuel, Maipú, Estación Central y San Bernardo. Todos, claro está, sin éxito.

El más bullado de los anuncios lo hizo Carlos Heller en 2014, quien aseguraba a pie juntillas que, finalmente, el estadio de la U sería una realidad, en unos terrenos en la Laguna Carén... Tampoco pasó mucho con eso.

Es la historia de nunca acabar para Universidad de Chile. Es hasta un círculo que se ha vuelto vicioso: asume una nueva directiva, anuncia un estadio, el proyecto se diluye y vuelta a empezar... ¿Será esta vez la definitiva? El tiempo lo dirá...

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