Universidad de Chile venció a Universidad Católica en el último suspiro del Clásico Universtario, pero más allá del gol de Rodrigo Contreras que desató la locura en el Estadio Nacional, hubo una postal que reflejó con claridad el desahogo azul.
Mientras el Tucu desataba la locura en Ñuñoa con el gol del triunfo, Leandro Fernández se acercó directamente a Cristián Cuevas y le gritó el gol en la cara en medio de la euforia colectiva.
Cuevas, uno de los villanos del partido para la U
El gesto no fue casual. Cuevas fue uno de los jugadores más pifiados por la parcialidad local durante el tramo final del partido. El lateral cruzado se tiró al suelo en varias oportunidades, demoró reanudaciones e intentó cortar el ritmo cada vez que pudo, lo que encendió los ánimos de la fanaticada azul.
El partido había sido de trámite cerrado y con escasas llegadas, lo que parecía calzar con el plan de la UC que intentó demorar el juego cada vez que pudo, con Cuevas como uno de los grandes protagonistas.
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El desahogo de Fernández con Cuevas como víctima
En ese contexto, el gol de Contreras fue mucho más que un triunfo: fue un desahogo. Leandro Fernández, uno de los jugadores más queridos por la hinchada, no ocultó sus emociones.
Apenas el balón tocó la red, el argentino corrió hacia Cuevas y le gritó el gol a centímetros del rostro. El lateral cruzado, visiblemente molesto, evitó responder.
El Clásico Universitario número 200 terminó siendo azul. El tanto del Tucu al minuto 97 selló una victoria especial para Universidad de Chile que seguramente será recordada por mucho tiempo.
