Mientras Universidad de Chile disfruta de un gran presente deportivo bajo la conducción de Gustavo Álvarez, uno de los anhelos más profundo de su hinchada como lo es el estadio propio, volvió a instalarse en la discusión pública.
Esta vez no fue por gestiones dirigenciales, sino por una inesperada promesa de campaña. El eterno candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami sorprendió al comprometerse, a través de sus redes sociales, a impulsar la construcción del estadio azul si logra reunir las firmas necesarias para inscribirse como carta presidencial.
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La comuna que puede recibir el estadio de la U
“Si ese día llegamos a las 10.000 firmas, me comprometo ante notario con el mayor sueño azul: un estadio para la U en 2030”, escribió MEO, fijando el 24 de mayo (fecha de aniversario del club) como punto de partida para su cruzada.
Más allá de lo simbólico, Enríquez-Ominami reveló que su idea no es solo una promesa al aire. Según explicó en el programa “Rayando el CDA” en YouTube, ya tuvo conversaciones con autoridades comunales para explorar la posibilidad de concretar el sueño en Cerrillos.
“El problema es el lugar. Hablé con la alcaldesa de Cerrillos y estuvo muy cerca de hacerlo, pero ningún presidente se ha jugado. Soy chuncho, lo haría con más amor, pero también lo haría por otros equipos porque me conviene como presidente”, aseguró, aludiendo a un proyecto que según él avanzó en su momento, pero que nunca fue priorizado.
La elección no es casual. La comuna, ubicada en el sector poniente de Santiago, cuenta con terrenos amplios, buena conexión de transporte y cercanía con el Parque Bicentenario de Cerrillos, donde incluso se han desarrollado eventos masivos.
En su intervención, MEO también entregó detalles del modelo de financiamiento que propone: una alianza público-privada, en la que el Estado entregue garantías y los privados se hagan cargo de la inversión. “Quiero crear un millón de empleos y esto puede ser parte de esa visión”, declaró.

El ambicioso proyecto de MEO
El excandidato fue más allá al reconocer contactos con dirigentes actuales y pasados del club, quienes le señalaron que un estadio para 50 mil personas se quedaría corto.
“Me decían que 50 mil me quedaría corto, me decían 60 mil. Hablé con dirigentes más antiguos. Me llegaron puteadas del mundo entero por esto y me escribieron dirigentes de manera discreta. Me contaron amigos de chats de la U que hubo controversia. Yo propuse esto y estoy convencido como obra pública, que un tonto no distinga que una obra pública puede ser financiada por privados, es otra cosa", apuntó.