¿Se viene un éxodo? El apocalíptico panorama contractual que enfrentará la U a fin de año

Universidad de Chile vive días clave en su planificación. Mientras el equipo de Gustavo Álvarez se juega puntos fundamentales en el Campeonato Nacional, en la interna del club crece la preocupación por una bomba de tiempo que, tarde o temprano, estallará: el masivo número de jugadores que finalizan contrato a fin de año y que, por ahora, no han sido contactados para extender su vínculo.

Se trata de más de una docena de futbolistas, incluidos referentes del plantel, jóvenes con proyección, titulares habituales y apuestas que llegaron bajo préstamo. Un escenario complejo, sobre todo considerando que el equipo podría ver partir a piezas fundamentales si no actúa con rapidez.

Dentro del grupo que termina su vínculo en diciembre, hay varios que ya tendrían su destino prácticamente sellado. Uno de los nombres en ese grupo es Cristopher Toselli. Luego de tres temporadas en el club, todo indica que el ex UC no seguirá en 2026.

Lo mismo corre para Pedro Garrido, tercer arquero que aún no debuta profesionalmente y cuya renovación no está en los planes de la dirigencia.

En defensa, Ignacio Tapia ha manifestado su deseo de buscar mayor continuidad, algo que hoy no encuentra en la U, donde quedó relegado como suplente de Calderón y Zaldivia.

A eso se suma Fabricio Formiliano, cuyo caso ya se discute en la interna: no cuenta para el DT, utiliza cupo de extranjero y su desvinculación a mitad de año está en plena negociación.

Otro que no seguirá es Renato Huerta, quien apenas ha sumado 11 minutos en toda la temporada y no entra en la proyección del cuerpo técnico. También está el caso de Nicolás Guerra, que ha perdido terreno en el ataque y buscará una salida para encontrar minutos, incluso antes de fin de año si llega una oferta.

A diferencia del grupo anterior, hay jugadores cuya continuidad se ve como una prioridad. Por ejemplo, en el CDA tienen claro que uno de los objetivos del segundo semestre es asegurar la permanencia de Fabián Hormazábal.

El lateral derecho que se ha transformado en una de las figuras más regulares del plantel. Desde la dirigencia ya trabajan en una mejora salarial que lo convenza de seguir.

Situación similar vive Charles Aránguiz, considerado el jugador más importante del plantel. El mediocampista, que regresó en 2024 desde Brasil, firmó por un salario cercano a los 40 millones de pesos mensuales, y en el club saben que deberán hacer un esfuerzo importante para retenerlo.

Otros como Israel Poblete, quien ha tenido menos protagonismo en este 2025, pero es considerado clave en la rotación por su experiencia, también están en la lista de la dirigencia del Romántico Viajero.

Más atrás, aparecen nombres como Flavio Moya e Ignacio Vásquez, ambos seleccionados Sub-20 y con presencia creciente en el plantel profesional, que muy probablemente seguirán.

Un caso especial es el de Lucas Assadi. Si bien no ha logrado asentarse como titular, el nacido en Puente Alto sigue siendo uno de los mayores proyectos del club. Sin embargo, su agencia de representación optaría por nuevos horizontes para el jugador, lo que deberá ser resuelto en el segundo semestre o incluso en el mercado invernal.

Finalmente, está Marcelo Díaz, histórico referente que ya anunció en su regreso que Universidad de Chile sería su último club. A sus 38 años, todo indica que colgará los botines a fin de año.

Además de los contratos que finalizan, la U enfrenta otra situación crítica con tres jugadores importantes que están a préstamo. En el caso de Javier Altamirano, su rendimiento en el primer semestre lo ha posicionado como una de las piezas importantes del equipo.

Su pase pertenece a Estudiantes de La Plata y la U cuenta con una opción de compra por 1.5 millones de dólares. Se espera que el club intente ejercerla, aunque el monto no es menor.

Lucas Di Yorio llegó con una cláusula de compra automática por minutos jugados, también cercana a 1.5 millones. El problema es que su rendimiento ha ido de más a menos, perdió la titularidad y eso ha generado dudas en la dirigencia.

Por último, Rodrigo Contreras también está bajo evaluación. El delantero, que ha alternado en la titularidad, ha mostrado cosas interesantes. Su opción de compra es de 700 mil dólares, y su futuro dependerá de su rendimiento en lo que queda de temporada.

El panorama es claro: Universidad de Chile se enfrenta a un posible remezón masivo a fin de año si no comienza pronto las conversaciones de renovación. El tiempo apremia, y en un equipo que ha encontrado cierta estabilidad con Álvarez, las decisiones que se tomen en los próximos meses pueden marcar el rumbo de todo el 2026.

Jugadores que finalizan contrato a fin de 2025:

Jugadores que vencen su préstamo: