Con el Estadio Nacional como escenario y la presión de los octavos de final de la Copa Sudamericana, Universidad de Chile recibe esta noche a Independiente de Avellaneda.
El duelo, que promete alta intensidad por lo que hay en juego, también esconde una historia de reencuentro: Gustavo Álvarez frente a Felipe Loyola, uno de sus mayores descubrimientos en el fútbol chileno y hoy figura indiscutida en el equipo argentino.
El papel de Gustavo Álvarez en la carrera de Felipe Loyola
Para Álvarez, el nombre de Loyola está asociado a una de sus apuestas más audaces como técnico. El defensor llegó a Huachipato en 2023 desde Fernández Vial, club con el que había vivido un descenso a Segunda División y que lo dejó con un futuro incierto.
No tenía minutos en Primera División y a sus 22 años parecía un proyecto sin rumbo. "Felipe Loyola apareció como un comodín en ese equipo. Él había entrado 3 veces desde la banca, había jugado 6 minutos en el año porque entraba al final. Pese a eso lo veía como un jugador con muchas ganas", admitió Álvarez en mayo de este año.
Ese 2023, el entonces técnico acerero necesitó soluciones urgentes: Joaquín Gutiérrez había sido convocado a la Selección Chilena y la plantilla carecía de variantes en la banda derecha.
Loyola entrenó como lateral, pero su debut se produjo como central por izquierda ante la ausencia de un actual jugador de la U, Nicolás Ramírez.
Cuando el central volvió, Álvarez lo instaló definitivamente como lateral derecho. Desde ahí, la historia tomó vuelo: Loyola se convirtió en una pieza clave del título de Huachipato, siendo utilizado incluso como lateral izquierdo o volante en tramos del torneo.
“Siempre digo, los jugadores suman minutos o los multiplican, y él los multiplicó. Mostró una versatilidad polifuncional tremenda que después pasó por selección y este presente destacado en Independiente”, señaló Álvarez.
El actual DT universitario también proyectó su techo: “No me extrañaría verlo en Europa. Por su cabeza y por sus características físicas y técnicas. Es un jugador confiable que te va a dar todo”.
Su rendimiento llamó la atención del Rojo, que lo fichó a mediados de 2024. En Argentina rápidamente se ubicó como titular indiscutido.
Loyola ha jugado como lateral derecho, pero sobre todo como volante central, lugar que ocupará esta noche en el Estadio Nacional. Su agresividad, capacidad para ir al ataque y lectura táctica lo han convertido en uno de los preferidos de la hinchada argentina.
A pesar de que Álvarez ha seguido de cerca su evolución, hoy se reencontrará con él en circunstancias muy distintas. En el papel, será un duelo táctico interesante, porque el técnico azul conoce de memoria las virtudes y debilidades de quien fue su pupilo.
El vínculo familiar de Felipe Loyola con la U
Más allá del plano futbolístico, el cruce entre Loyola y la U suma un condimento emocional. Sebastián, hermano de Felipe, es un confeso hincha de Universidad de Chile.
“La U es mi vida, mi pasión, por la U aprendí a llorar de alegría y de tristeza”, contó el mayor de los Loyola a La Magia Azul.
Sin embargo, la sangre pesa más que los colores: “Si me dicen la felicidad de mi hermano o la mía, elijo la de mi familia”, reconoció.
Sebastián recordó que ya vivió algo parecido cuando Loyola enfrentó a la U jugando por Fernández Vial en Copa Chile: “Fue raro… no celebré tanto los goles. Mi mente estaba con mi hermano”.
Esta noche, con un Nacional repleto y la Sudamericana en juego, la contradicción será aún mayor. “Es lindo verlo jugar contra el equipo de mis amores, pero la familia primero, siempre”, cerró.
Un choque crucial para Álvarez y Loyola
En el presente, la U llega con confianza tras su goleada por 4-1 a Unión Española. Independiente, en cambio, busca recuperar el nivel del primer semestre después de un inicio sin triunfos en la segunda parte del año.
El papel de Loyola, en ese contexto, será clave. El formado en Colo Colo fue figura en el Torneo Apertura con su despliegue y capacidad para cerrar espacios por la banda.
Lo que ocurra esta noche será un nuevo capítulo en la historia que comenzaron a escribir juntos en Talcahuano y que ahora, irónicamente, encuentra a Gustavo Álvarez y Felipe Loyola en veredas opuestas.
