La pesadilla de Avellaneda en primera persona: “Sentí miedo, rabia, impotencia”

Lo que debía ser una fiesta terminó en tragedia. Hinchas de la U viajamos con la ilusión de alentar al equipo en Copa Sudamericana, pero vivimos una pesadilla de violencia, descontrol y abandono de fuerzas de seguridad.

Universidad de Chile. La pesadilla en Avellaneda en primera persona: “Sentí miedo, rabia, impotencia”. Foto: Aton.

Anoche el fútbol sudamericano y los hinchas que cumplen sueños viendo al equipo de sus amores fuera de su país, vivieron una de sus páginas más tristes. Lo que debía ser una fiesta en Avellaneda terminó convertido en una tragedia que difícilmente podrá olvidarse.

Miles de hinchas de Universidad de Chile llegamos al estadio Libertadores de América con la ilusión de alentar al equipo ante Independiente, pero la noche se transformó en un infierno de violencia y descontrol.

El ambiente ya venía enrarecido desde antes. En el trayecto desde Puerto Madero, varios buses de fanáticos azules fueron atacados con proyectiles, quedando destruidos algunos de ellos.

La custodia policial era escasa y la sensación de inseguridad comenzaba a hacerse presente. Sin embargo, el traslado continuó su camino y se logró ingresar al estadio con relativa calma, horas antes del inicio del encuentro.

Lo que llamó la atención desde el comienzo fue la ausencia de medidas de seguridad. En la galería superior, donde se ubicaban los 3.500 hinchas de la U, no había guardias ni policías.

Siendo brutalmente golpeados por fanáticos de Independiente. Foto: Aton.
Hinchas de la U.Siendo brutalmente golpeados por fanáticos de Independiente. Foto: Aton.

Tampoco existía un cordón que separara a las barras, pese a que en la tribuna inferior se encontraba la facción más radical de Independiente, conocida como Los Dueños de Avellaneda. ¿En qué mente cuerda se organiza un duelo con ambas barras pegadas?

El partido se inició bajo un clima hostil, pero “normalizado” por el fútbol. Insultos y lanzamientos aislados entre las hinchadas daban cuenta de que el ambiente estaba lejos de ser pacífico.

Pero lo peor comenzó cuando la barra local intentó robar lienzos de los azules. Desde ahí, todo escaló rápidamente: intentos de invasión a nuestra galería, destrozos de barristas de la U para improvisar armas, y un enfrentamiento que crecía bajo la absoluta pasividad de las fuerzas de seguridad.

tuvieron repercusión en todo el mundo.
Graves incidentes entre hinchas de la U e Independientetuvieron repercusión en todo el mundo.

En el entretiempo, la violencia alcanzó niveles impensados. Bombas de estruendo y fierros fueron lanzados brutalmente desde nuestro sector con el claro objetivo de dañar a los fanáticos locales. Incomprensible.

Algunos hinchas del Rojo desesperados buscaron refugio en la cancha, mientras el árbitro, increíblemente, decidió reanudar el juego como si nada estuviera ocurriendo en las tribunas.

Finalmente, por los altoparlantes se informó que los hinchas debíamos desalojar el estadio. Fue ahí cuando el caos se trasladó a las calles.

Afuera, grupos de fanáticos del Rojo aguardaban para agredir a los azules, mientras efectivos policiales golpeaban indiscriminadamente, sin diferenciar entre barristas violentos e hinchas comunes que solo queríamos escapar.

Algunos, como quien escribe, logramos salir con relativa normalidad, en gran parte porque no llevábamos a la vista ningún distintivo de la U.

No fue la misma suerte para la mayoría de los hinchas, que tuvieron que trasladarse por su cuenta o dirigirse a los buses que los habían llevado al estadio.

La situación fue aún más grave para quienes decidieron quedarse dentro del recinto. Barristas de Independiente irrumpieron en la segunda bandeja y atacaron brutalmente a decenas de azules, situaciones de la que muchos nos enteramos en el trayecto al hospedaje.

Yo estuve ahí. Fui de los que alcanzó a salir en los primeros minutos tras la orden de desalojo. Sentí miedo, rabia e impotencia. Vi a compatriotas correr, llorar, esconderse. Tuve la suerte de escapar, pero las imágenes siguen dando vuelta hasta el momento de la publicación de este relato, que ojalá sea el último de esta índole".

Relato de un hincha que viajó a ver a la U y presenció en gran parte lo sucedido antes, durante y post partido