Mientras los dirigentes de la U siguen en Argentina, velando por los hinchas azules heridos y detenidos, sus pares de Independiente se movieron rápido para tratar de sacar un provecho tras la tragedia vivida anoche en Copa Sudamericana.

De hecho, Néstor Grindetti, presidente del Rojo, ya llegó a la sede de la Conmebol en Asunción para “defender los intereses de Independiente”, es decir, tratar de que su club siga en competencia pese a la gravedad de los desmanes que se vieron en el estadio Libertadores de América. De hecho, se desligaron de cualquier responsabilidad y siguen solo culpando a los seguidores de la U por lo ocurrido.