El partido de revancha de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile terminó abruptamente en el estadio Libertadores de América, luego de la violencia entre las parcialidades local y visita.
Según el informe del árbitro del encuentro, el uruguayo Gustavo Tejera, los problemas comenzaron durante el primer tiempo, cuando se escuchó a la voz del estadio solicitando a los hinchas visitantes que cesaran el lanzamiento de objetos hacia la parcialidad local.
Previo al inicio del segundo tiempo, mientras el equipo arbitral permanecía en el túnel de ingreso al campo de juego, el delegado del partido les solicitó no ingresar debido a la situación de violencia en las tribunas.
“Pudimos observar cómo se lanzaban objetos entre parcialidades”

“Pudimos observar cómo se lanzaban objetos entre parcialidades”, detalla el documento. Tras varios minutos de espera y por recomendación del delegado, el árbitro decidió reanudar el juego.
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El segundo tiempo comenzó con normalidad dentro del campo, pero los problemas se repitieron. Nuevamente la voz del estadio pidió a los hinchas que cesaran los lanzamientos, y los jugadores suplentes de Independiente ingresaron al campo solicitando detener el partido.
En ese momento, se pidió a los capitanes de ambos equipos intentar mediar con sus hinchadas, pero los ataques entre seguidores continuaron.
Finalmente, por sugerencia del delegado, el equipo arbitral se retiró al vestuario y el partido fue oficialmente cancelado a los 47 minutos del encuentro, alrededor de las 23:35 horas, por razones de seguridad.