La incertidumbre se instaló en torno al duelo Universidad de Chile y Everton, válido por la próxima fecha del torneo nacional, que se iba a disputar este domingo en el Estadio Nacional desde las 15:00 horas.
Las dudas surgieron luego de la tragedia ocurrida ante Independiente de Avellaneda en Copa Sudamericana, con decenas de hinchas heridos y cientos de detenidos. Pese a la conmoción, en la U querían disputar el encuentro.
- Te podría interesar: U. de Chile ya juega su otro partido: la estrategia que utilizará ante Conmebol
La razón de la U para jugar con Everton
Pese a que el directorio de Azul Azul barajó alternativas de suspensión durante la semana, jugaba un factor determinante la disponibilidad del Estadio Nacional para el compromiso.
Tal como adelantó En Cancha hace unos días, el recinto pasará en los próximos días a manos de la FIFA por la organización del Mundial Sub-20 de Chile. Postergar el duelo significaría perder la localía y desordenar el calendario del Romántico Viajero.
De hecho, en la dirigencia azul ya tenía definido un cronograma. Este viernes, la dirigencia estudiantil se reuniría en el Parque Estadio Nacional con representantes de la ANFP y la Delegación Presidencial Metropolitana para coordinar el operativo de seguridad.
La organización confirmó que planeaban un fuerte contingente policial y refuerzos en accesos y anillos de seguridad. En tanto, Azul Azul esperaban un buen comportamiento de sus hinchas para evitar sanciones posteriores. El objetivo es que el retorno al Nacional no quede marcado por incidentes.
- Te podría interesar: La evidencia que condena a Independiente por el desastre de Avellaneda

Un duelo con varios condimentos
En paralelo, Everton llegaba a este compromiso con la necesidad de sumar y con un antecedente que hace eco en la U. La última vez que se midieron en Ñuñoa fue en el recordado empate de la última fecha del Campeonato 2024, donde los azules perdieron la chance de ser campeones.
Por último, la U ya tiene en agenda que este iba a ser su último partido en el Coloso de Ñuñoa antes de la cesión total a FIFA. El calendario define que volverá a su casa recién en octubre.