Universidad de Chile cayó este domingo en el Superclásico ante Colo Colo. Más allá del doloroso golpe que supone la caída ante el máximo rival, los laicos quedaron prácticamente fuera de la lucha por el título, ya a 15 puntos del líder Coquimbo Unido.
Uno de los apuntados tras la derrota fue Gustavo Álvarez. El entrenador azul atraviesa uno de los momentos más complicados de su ciclo y su continuidad comienza a ser cuestionada por primera vez desde que llegó al Centro Deportivo Azul.
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Los pecados de Álvarez
Si se cumple el escenario más posible, Universidad de Chile cumplirá 9 años sin ser campeón de Primera División. La racha es la más larga desde 1994, cuando los laicos cortaron con el recordado cuarto de siglo sin títulos en El Salvador.
Álvarez hace semanas declaró que el principal objetivo del plantel era ser campeón, precisamente por el tiempo que el equipo acumula sin festejos. Este domingo, comenzó a matizar su discurso.
“Hay que ser muy cuidadoso con los análisis. También dije que me parece que este club no puede estar 9 años sin salir campeón. Algo pasa. Si se repiten patrones, hay que analizar por qué”, dijo el entrenador.
“Yo llevo 2 años en el club, me hago cargo de estos 2 años. Pero hay 7 anteriores con los mismos resultados. Para tener resultados distintos, hay que hacer cosas diferentes”, subrayó.
Lo cierto es que más allá de la derrota en Pedrero, la probabilidad de completar otro año sin ganar un título trascendente complican el futuro del proyecto de Álvarez, que en este momento se encuentra a 15 puntos del líder Coquimbo, con un partido menos.
¿Qué dice el contrato de Gustavo Álvarez?
Ahora, más allá de las críticas naturales tras perder un Superclásico y quedar lejos del líder, lo cierto es que por el momento Gustavo Álvarez es “intocable” al interior de Azul Azul.
El entrenador tiene contrato hasta diciembre de 2026 y no cuenta con ningún tipo de cláusula que facilite su salida a fin de año. Si en Azul Azul en algún momento toman la decisión de despedirlo, deberán negociar su indemnización.
Aunque el título se ve lejano, los desafíos deportivos que restan este 2025 son claves para el proyecto establecido por Azul Azul. Por lo mismo, será vital para Gustavo Álvarez cerrar de la mejor forma el año.
Por un lado aparece el objetivo de Copa Sudamericana, que en gran medida depende de la resolución de la Conmebol respecto al trágico partido ante Independiente en Avellaneda.
Si la U logra avanzar, deberían medirse ante Alianza Lima en cuartos de final, un rival que en el papel asoma como factible y en donde los azules se jugarán la gran carta que les queda en el semestre.
En paralelo, el Campeonato Nacional no puede ser descuidado. En este momento, los azules marchan terceros, por lo que no están clasificando directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026.
Además, es perseguido por tres equipos, por lo que si continúa aflojando podría incluso caer a puestos de Copa Sudamericana. Por la trascendencia económica y deportiva que tiene, clasificar a la Copa Libertadores es un objetivo más que primordial en la interna azul.
Finalmente, la Supercopa es otro de los objetivos que quedan en el año que pueden perfilar el futuro de Álvarez en la banca universitaria. Otra caída, y más aún, otro título perdido, podrían condenar definitivamente el futuro del DT que recaló en 2024 e hizo revivir futbolísticamente a la U, pero que otra vez podría terminar quedándose corto en sus grandes objetivos.
